*El cantante estaría acusando a la argentina de condicionar trámites de Inti a cambio de millonaria pensión en efectivo que le habría dado supuestamente por más de un año
Agencias. – La reciente disputa legal entre Christian Nodal y Cazzu por la pensión alimenticia de su hija Inti, lejos de ser un simple pleito de farándula, refleja patrones profundos y sistémicos de desigualdad de género en la crianza y la economía familiar. El núcleo de la controversia gira en torno a la formalidad del dinero: Nodal argumenta haber entregado sumas millonarias en efectivo, mientras que Cazzu señala la falta de un acuerdo formal y la insuficiencia de dichos montos.
La doble cara del cuidado que históricamente ha sido asignado a las mujeres, sigue siendo subvalorado e invisibilizado. Cazzu, como la cuidadora principal de Inti, asume una carga física, emocional y económica que Nodal, en su rol de «proveedor», intenta cuantificar monetariamente de forma esporádica. El hecho de que los pagos se hicieran «en efectivo y a petición de Cazzu» sugiere una dinámica de control informal, donde el padre decide cuándo, cuánto y cómo aportar, en lugar de un compromiso legalmente establecido que garantice la estabilidad de la menor.
Cazzu acusó a Nodal de ser un «padre ausente»; la demanda de Nodal, supuestamente busca regular la convivencia y el pasaporte de su hija, parece ser una respuesta legal a esta narrativa. La contribución económica exime al hombre de la responsabilidad diaria de la crianza. Lo que conlleva muchísimo menos, que una corresponsabilidad real; no basta con pagar una pensión (que es un derecho de la menor, no un favor); se requiere tiempo, presencia y cuidado activo. La disputa legal, en este sentido, visibiliza cómo muchos hombres poderosos usan el sistema legal para «comprar» su lugar como padres o para recuperar el control narrativo cuando su imagen pública de «padre ausente» se ve amenazada.
Nodal interpone la demanda civil en un juzgado familiar de Jalisco; lo que conlleva a la elección del foro legal y el inicio de un litigio formal pueden interpretarse como una táctica de poder. En muchas separaciones, la parte con mayores recursos económicos utiliza el sistema legal, que puede ser lento y costoso, para ejercer presión sobre la expareja.
La demanda de Nodal busca, además de regular la pensión, establecer derechos de convivencia y la posibilidad de viajar con la niña. Esto ocurre justo después de su mediático matrimonio con Ángela Aguilar. Esta cronología sugiere que la urgencia de formalizar la paternidad podría estar ligada a su nueva vida familiar y su imagen pública, más que a una preocupación intrínseca por la estabilidad legal de Inti que no existía antes.
El caso Nodal-Cazzu es un espejo de cómo las dinámicas patriarcales se infiltran incluso en las vidas de celebridades millonarias. La lucha por la pensión no es solo sobre dinero, sino sobre quién define el valor del cuidado, quién ejerce el poder de control y cómo el sistema legal perpetúa (o desafía) roles de género desequilibrados. Ninguna cantidad de fama o fortuna aísla a las mujeres de los desafíos sistémicos que enfrentan al negociar la crianza y la economía con exparejas que, históricamente, han tenido el poder y el capital de su lado, usando a su favor el sistema legal como una herramienta de poder.
