Chiapas, palabra cumplida

A un año de que Eduardo Ramírez Aguilar asumiera la gubernatura, Chiapas llega a su primer informe con un balance que obliga a la reflexión. No porque todo esté resuelto —sería ingenuo afirmarlo—, sino porque el estado inició este gobierno desde uno de los momentos más críticos en materia de seguridad, gobernabilidad y confianza ciudadana. Frente a ese escenario, es necesario reconocer que hoy se percibe un cambio de rumbo.

La promesa central del entonces gobernador electo fue clara: enfrentar de manera frontal la presencia criminal que había echado raíces en diversos municipios. En términos estrictos, ese compromiso comenzó a cumplirse. La violencia no ha desaparecido, y episodios como los incendios de vehículos en La Frailesca recuerdan que los grupos delictivos siguen intentando recuperar terreno.

Pero el análisis honesto muestra otra cara: la ofensiva institucional logró reducir la operación abierta de los cárteles y devolver a la ciudadanía espacios que habían sido prácticamente cedidos.

La recuperación del tránsito seguro en amplias regiones del estado, perceptible desde finales del año pasado, no fue producto de la casualidad. Hubo estrategia, inversión en tecnología, coordinación con la federación y una decisión política que contrastó con la permisividad del gobierno anterior. No es poca cosa: Chiapas volvió a respirar un ambiente de mayor libertad y orden, algo impensable hace apenas un año.

Desde este espacio editorial insistimos en que la construcción de paz no admite autocomplacencia. Persisten rezagos, amenazas latentes y comunidades que aún esperan la presencia plena del Estado.

También sostenemos que el avance logrado en estos meses no debe minimizarse. En un país donde los retrocesos suelen ser más frecuentes que los logros, la estabilidad recuperada en Chiapas es resultado de acciones firmes y continuas.

El primer año de la llamada Nueva ERA no se limitó a la seguridad. La rehabilitación de caminos —indispensable para la economía y la vida cotidiana— se ha convertido en una intervención constante en todo el territorio. Y la inauguración de la primera Universidad Rosario Castellanos en Comitán abre una puerta real a miles de jóvenes que antes veían la educación superior como un privilegio distante.

La construcción de la autopista o súper carretera Palenque – Ocosingo, un sueño que se ha truncado con el paso de administraciones anteriores, hoy es considerada la principal obra del gobierno actual, y no es para menos, la obra, cuando esté terminada, le dará la oportunidad de que los pueblos por donde se presenta el trazo sean beneficiados al pasar a formar parte de la administración, con el consiguiente beneficio par las comunidades.

Gobernar implica ajustar el paso, corregir cuando es necesario y sostener el rumbo cuando los resultados aparecen. Hoy, Chiapas es un estado más seguro, más conectado y con mayores oportunidades educativas. ¿Falta mucho? Sí. ¿Hay razones para reconocer el esfuerzo del primer año? También.

En tiempos donde la desconfianza domina la conversación pública, cumplir la palabra no es un acto menor. Y en Chiapas, al menos en este inicio de gobierno, la palabra se ha ido cumpliendo.

Mañana daremos se constará en el informe, sobre la realidad de lo que en este espacio se ha comentado y no dudados que a Chiapas le esperan cosas buenas.

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