Trato preferencial para México y Canadá

Estrictamente Personal Por Raymundo Riva Palacio

Las recetas bíblicas no le funcionaron a la presidenta Claudia Sheinbaum con
Donald Trump. Ni rechazar la Ley del Talión, del ojo por ojo y diente por diente del
Antiguo Testamento, ni poner la otra mejilla del Nuevo Testamento. El presidente
le mantuvo a México los mismos aranceles que a Canadá, basados en el trasiego
de fentanilo ilegal a ese país, sin tomar en cuenta las concesiones y el trato no
confrontativo de Sheinbaum con el toro de la Casa Blanca. Habrá quien considere
que nos fue menos mal que a otros, contra quienes los aranceles fueron más
elevados. Y tienen razón.
En una hora Trump modificó la política arancelaria de Estados Unidos, le disparó
al corazón del acuerdo comercial norteamericano, el T-MEC, y declaró de manera
simbólica la guerra comercial a más de 60 países, con economías de todo tamaño.
Sin embargo, en el caso de México y Canadá aplicó un trato preferencial, como se
lo ofreció al primer ministro Mark Carney -tras amenazarlo con represalias- y pidió
la presidenta Sheinbaum. Todos los productos que cumplan con las reglas de
origen del T-MEC seguirán importándose sin aranceles, que únicamente se
aplicarán a aquellos componentes que tengan contenidos superiores a lo que se
acordó, donde pagarán tarifas de 25% en el caso de los automóviles y 10% en los
derivados del aluminio, que incluye la cerveza y las latas vacías.
No obstante, Trump le recargó retóricamente la mano a México y Canadá, a los
que acusó de estar recibiendo “subsidios” por 300 mil y 200 mil millones de
dólares anuales, que provocan el déficit comercial que tiene Estados Unidos con
ellos. Lo que dijo es una mentira. Ninguno de los dos países es subsidiado por
Estados Unidos, pero no importa. La teatralidad es lo suyo, como se vio ayer
cuando anunció su plan arancelario en el Jardín de las Rosas, a unos metros de la
Oficina Oval.
En uno de esos momentos donde dramatiza para efectos mediáticos, subió al atril
por unos momentos al fundador del grupo Trabajadores de la Industria Automotriz
por Trump, Brian Pannebecker, para enfatizar la aplicación de aranceles en ese
sector. Desde la mañana del miércoles uno podría adivinar que las exportaciones
de automóviles, motor del comercio de México con Estados Unidos, estaría en el
centro de sus aranceles, aunque en términos reales, fue como pólvora mojada.
En un artículo que había publicado esa mañana en el USA Today, Peter Navarro,
el ideólogo de los aranceles y el halcón más duro en el equipo de Trump, se le
lanzó a México y dijo que durante la Administración Biden, donde se relajaron los
controles comerciales, “México se convirtió en el nuevo Michigan”, en referencia a
que en ese estado están las grandes armadoras estadounidenses. “Una cadena
de ciudades mexicanas conforman ahora ‘la diáspora de la Ciudad del Motor’,”
agregó jugando con el nombre con el que se conoce a Detroit, irónicamente
inspirado por unos murales que pintó Diego Rivera en 1932. “Volkswagen y Audi
están en Puebla, GM y Stellantis en Ramos Arizpe, Ford en Hermosillo, Nissan y
Mercedes-Benz en Aguascalientes”.

Utilizando a México y Canadá, Trump jugó con las imágenes. Pero con el resto de
los países a quienes les impuso aranceles no fue así. Las nuevas tarifas
desmantelaron acuerdos comerciales que estaban vigentes desde 1947 y colocó
como sus principales enemigos a China, su archirrival por la hegemonía del
mundo, y la Unión Europea. Pero también incluyó en el castigo comercial a varias
de las naciones más pobres en el planeta y otras más que están sumidas en
guerras civiles. A quienes penalizó con economías más fuertes, las represalias
recíprocas, por lo que habían anunciado, vienen en camino, lo que lleva a la
pregunta: ¿Estamos en la puerta de un déjà vu con la imposición de aranceles de
Trump?
Hace 95 años el presidente Herbert Hoover, contra la recomendación de mil
economistas, firmó el Acta Smoot-Hawley, redactada por dos poderosos
legisladores como respuesta al crac de la bolsa en Wall Street que produjo la Gran
Depresión del ’29. La nueva ley, que elevó los aranceles en 20%, que subrayó un
proteccionismo y un aislacionismo de Estados Unidos provocó la respuesta
recíproca de una docena de países.
Entre 1929 y 1932, las exportaciones a Europa cayeron 70% y el comercio
mundial se desplomó en similar porcentaje durante los cuatro años que estuvo
vigente. Las consecuencias fueron negativas y los efectos de la Gran
Depresión se profundizaron. Varios historiadores han argumentado que esa
medida fue el trampolín que le permitió a Adolfo Hitler apoderarse del poder en
Alemania y empezar la construcción de un imperio fascista que colapsó al perder
la Segunda Guerra Mundial.
¿Estamos en ese umbral? Nadie puede señalarlo con certeza, pero las
condiciones apuntan en esa dirección. México tendrán que seguir jugando ajedrez
con Trump. Sheinbaum se reunió con su gabinete casi inmediatamente después
de concluir el mensaje de Trump, y se espera que anuncie los pasos a seguir esta
mañana. Aunque anticipó que de haber aranceles probablemente habría
reciprocidad, el trato preferencial que recibió probablemente la lleven por el
camino original -no se sabe si lo mantendrá- del Reino Unido, de asumir el costo
de aranceles limitados y seguir jugando en una cancha diferente a la del resto del
mundo.
Cuando lanzó su primera ola de aranceles y México, junto con el Reino Unido y
Brasil decidieron esperar antes de tomar represalias, el gabinete de Trump
reconoció a los dos primeros, excluyendo a Brasil, que no consideran un aliado.
Un alto funcionario mexicano dijo que ese era el lugar donde querían estar, al lado
del Reino Unido, que ha tenido una relación preferencial y extraordinariamente
estrecha con Estados Unidos desde hace casi un siglo. Esa parece haber sido la
estrategia que jugó Sheinbaum y las instrucciones que dio al secretario de
Economía, Marcelo Ebrard, que estuvo en Washington cada semana dialogando
con Lutnick.
“La libran por el momento”, tituló El Financiero en su edición digital al anuncio de
los aranceles. Esta nueva pausa abre otra oportunidad para que el gobierno
mexicano diseñe una estrategia que anule ser rehén permanente de los amagos y
ánimos del impredecible Trump.

rrivapalacio2024@gmail.com

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