Busca Trump que México haga el trabajo sucio

Alto Mando Miguel Ángel Godínez García

Donald Trump es insaciable. Nada le satisface y exige más sacrificios. De poco
sirvió la entrega de 29 narcotraficantes el mismo día en que los secretarios de
Seguridad y Defensa de México, Omar García Harfuch y el general Ricardo
Trevilla, viajaron a Washington para reunirse con funcionarios de seguridad de EU.
Apenas unas horas después, Trump lanzaba acusaciones contra el gobierno
mexicano en su primer informe ante el Congreso.
Se le ofrendó a 29 de los más buscados, algunos de ellos con la expectativa de
ser ejecutados por la gravedad de sus delitos. El fiscal Alejandro Gertz Manero
justificó que no se trató de una extradición convencional, sino de un acto
sustentado en el artículo 89 constitucional y el 5º de la Ley de Seguridad Nacional.
Sin embargo, en ningún apartado de la ley se faculta al Ejecutivo para realizar
entregas de esta naturaleza, lo que deja muchas preguntas sobre la legalidad y la
intención real de este hecho, que se equipara a la polémica captura de Ismael «El
Mayo» Zambada.
A esto se suma el despliegue de 10,000 elementos de la Guardia Nacional y el
Ejército en la frontera norte, así como la incursión de aviones espías y drones en
territorio nacional.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha hecho lo posible para aplacar la presión de
Trump. Incluso ha optado por una postura más contundente en el combate al
narcotráfico, marcando un claro distanciamiento de la estrategia de «abrazos, no
balazos» de Andrés Manuel López Obrador, lo que le ha permitido, en cifras
oficiales, un manejo más efectivo de la crisis del tráfico de drogas y la violencia
transfronteriza.
Los números de Sheinbaum son claros. Se ha reducido significativamente el flujo
de fentanilo hacia EU. Se han detenido a 13,858 personas vinculadas con delitos
de alto impacto y asegurado 6,998 armas de fuego, la mayoría de las cuales
provienen de armerías del vecino país. Además, las FA han decomisado 121.4
toneladas de drogas, incluyendo 1,260 kilogramos de fentanilo y más de 1.3
millones de pastillas de la misma sustancia. También se han desmantelado 329
laboratorios clandestinos de metanfetaminas y decomisado una cifra histórica de
26.4 toneladas de cocaína en operativos marítimos.
Sin embargo, nada de esto ha sido suficiente para Trump. En tres ocasiones ha
acusado al gobierno de la 4T de ser cómplice y protector del narcotráfico. Sus
declaraciones, aunque sin nombres concretos, han alimentado la especulación
sobre posibles vínculos entre el crimen organizado y políticos mexicanos, pero la
falta de pruebas hace que estas acusaciones sean más un juego político que un
caso sólido.
Hoy, después de varias semanas de presión, el objetivo de Trump parece estar
más claro. Busca la aniquilación total de los cárteles mexicanos generando una
guerra arancelaria. En reiteradas ocasiones ha mencionado que explora «todas las
opciones» para erradicar a los cárteles, insinuando la posibilidad de una

intervención militar, pero hasta ahora es como el cuento de Pedro y el lobo. Su
vicepresidente, JD Vance, ha sido más explícito al afirmar que el plan de EU es
evitar que México se convierta en un narcoestado, porque está de por medio la
seguridad nacional de su país y porque cada año mueren 300 mil
estadounidenses por fentanilo.
¿Cómo lograrlo? Trump no es tonto. Sabe que no puede ordenar una incursión
militar en territorio mexicano sin consecuencias diplomáticas y políticas. Por eso
presiona a Sheinbaum con los aranceles. No busca tampoco una guerra con las
Fuerzas Armadas de México, sino su cooperación. El Ejército mexicano ha sido un
actor clave en la lucha contra el tráfico de drogas, y Trump lo sabe. Más allá de
sus amenazas y bravatas, quiere que nuestro país y que nuestras FA hagan el
trabajo sucio. Y hasta ahora, lo está logrando.
De Imaginaria. La Cámara de Diputados celebró en Sesión Solemne el 110
aniversario de la Fuerza Aérea Mexicana y 112 del Ejército Mexicano. Los
legisladores reconocieron el trabajo de ambas instituciones. En representación del
secretario de la Defensa, Gral. Ricardo Trevilla Trejo, estuvieron el comandante
del Ejército, Gral. Norberto Cortés Rodríguez, y el comandante de la FAM, Gral.
Óscar René Rubio Sánchez.

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