- Los dos puertos fronterizos, Suchiate y Talismán, están saturados y generan embotellamientos en carretera, además del riesgo de accidentes por la ineficacia de agentes fiscales
José Cancino
Cientos de transmigrantes han formado una kilométrica fila en su intento por ingresar al recinto fiscal mexicano, en el puerto fronterizo Talismán, mientras las autoridades aduanales muestran total negligencia en los trámites de los conductores centroamericanos provenientes de distintas regiones de Estados Unidos.
Los “in tow” llevan aparcados desde hace cinco días. En el mejor de los casos, algunos llegaron el pasado domingo y hasta la tarde del lunes 15 de diciembre, no habían avanzando ni un ápice hacia el paso fronterizo, donde otros cientos han comenzado a desesperar ante la hostilidad de los agentes que operan en el patio fiscal.
La acumulación de las “mancuernas” en la carretera Tapachula- Talismán (llamados así estos vehículos por el remolque que utilizan para transportar otro vehículo), no solo ha generado caos vehicular, también un peligro inminente de accidentes debido al alto flujo de automóviles particulares y del servicio colectivo que utilizan esta carretera.
La fila ha alcanzado unos siete kilómetros y promete extenderse aún más, sin que alguna autoridad, principalmente la policía aduanal, solvente esta situación.
Hugo Barco, uno de los transmigrantes guatemaltecos varados en esta extensa fila, señaló que lleva más de un día a la espera y no ha podido avanzar.
“Vengo de Arkansas y ha sido un viaje largo, sólo queremos pasar pero hasta ahora no hay respuesta de las autoridades. Hay compañeros que tienen cinco días de estar acá y no pasan, muchos van hacia Honduras, El Salvador, incluso Costa Rica”, relató.
El conductor internacional señaló que el riesgo que implica dormir en la calle es alto, ya que además de sentirse inseguros, no tienen espacios dónde realizar sus necesidades fisiológicas, tampoco comida a la mano.
Esta tarde de lunes, un aguacero sobre la región ha complicado aún más la situación, debido a que la falta de visibilidad y la invasión de carriles ha comenzado a agotar la paciencia de conductores locales, que también han alzado la voz para que Aduanas agilice el ingreso de vehículos al patio fiscal, los procese y deje salir hacia Centroamérica.
Suchiate, otro caos
El otro puerto fronterizo, Suchiate – Tecún Umán, también está envuelto en caos y desorden debido a la presencia y acumulación de decenas de traileres que, a contratiempo, buscan ingresar al recinto fiscalizado para cruzar a Guatemala.
La situación ha generado que las cajas de los pesados camiones queden atravesadas en esta inoperante vía, muy cerca del puente Cuarentenario, y compliquen la circulación de taxis, combis y automóviles particulares.
La problemática es la misma: lentitud, hostilidad e indiferencia por parte de los agentes aduanales, que a pesar de tener un parque fiscal más grande que en Talismán, se duermen en sus laureles y no dan fluidez a los tráileres con cargas y mercancías hacia distintos países centroamericanos.
El embrollo ha llevado a agentes de la Guardia Nacional, asignados en el puesto de inspección migratoria, a realizar tareas de abanderamiento para intentar dar velocidad a la circulación de vehículos de todo tipo, pero por momentos él esfuerzos de los gendarmes es insuficiente.
Los dos puertos fronterizos que sirven para ingresar y salir de México, están convertidos en una oficina sin personal ni trámites ágiles que ayuden a solventar las requerimientos fiscales, en la recta final del año cuando todos quieren llegar a sus hogares en países centroamericanos.
