• Proyecto de este tipo en Huehuetán demuestra los beneficios de embalses y represas de captación, que aprovechan escurrimientos
Jorge Pérez Pólito
El investigador del Campo Experimental Rosario Izapa del INIFAP, Moisés Alonso Báez, aseguró que la cosecha de agua de lluvia a través de embalses y represas representa una solución sostenible, ante el creciente estrés hídrico y la disminución de los acuíferos de la región.
El también catedrático de Ingeniería de Riego en la Facultad de Ciencias Agrícolas de la UNACH, resaltó que este modelo de infraestructura sencillo pero eficaz se puede constatar en el municipio de Huehuetán, en donde un proyecto privado demuestra los beneficios de esta técnica, con un embalse natural o laguna de captación que aprovecha los escurrimientos de unas 125 hectáreas.
Aclaró que, aunque su propósito inicial era conservar la biodiversidad, actualmente representa una alternativa real como reserva hídrica para riego agrícola. “Estos reservorios pueden almacenar volúmenes suficientes para cubrir el uso consuntivo de cultivos estratégicos durante la época de estiaje, como el maíz. Un embalse con capacidad de 25 mil metros cúbicos, puede asegurar el riego de varias hectáreas y garantizar una producción estable”, explicó.
Otro cultivo que también se puede beneficiar de esta técnica es el banano, dado su alto requerimiento hídrico hasta 1,100 metros cúbicos por hectárea al año, por ello el investigador hizo un llamado a los productores de este cultivo a replicar este sistema y reducir su dependencia de los distritos de riego.
Alonso Báez habló de este modelo de infraestructura durante un módulo de vinculación con estudiantes universitarios, en donde comentó que la idea de que en la región llueve mucho ya no es válida, pues seis meses del año es temporada de sequía y los cultivos no alcanzan su máximo potencial por falta de agua; de ahí la urgencia de poner en práctica esta técnica en la región.





