Carlos Almazán / Diario de Chiapas
Por las calles tuxtlecas, es posible encontrar muchos vendedores ambulantes con mercancía diversa, vendedores cuyo trasfondo suele ser ignorado y desdeñado. La informalidad laboral en Chiapas tiene el tercer índice más alto del país, solo por debajo de Guerrero y Oaxaca, con una tasa de 76.02 por ciento según el último censo registrado por el Comité Estatal de Información Estadística y Geográfica (Ceieg).
Bajo este contexto, Agustín, quien se dedica a la venta de globos desde hace más de 15 años, ha encontrado en esta actividad, una vía honesta para poder mantener a su esposa y a sus dos hijos. “Vine hace tiempo desde Jiquipilas para buscar suerte en la capital, así empecé como gato y, poco a poco, fui ganando un dinerito hasta poder vender globos por mi cuenta”, comentó.
Pese a la dificultad económica que ha pasado, Agustín siempre ha visto la manera de hacer todo de forma honesta, pues, tanto la venta de globos como la de cualquier otro artículo en espacios públicos, necesita de ciertos cobros y permisos para poderse efectuar con legalidad. La Feria Chiapas no es una excepción, “gracias a Dios me fue muy bien en la feria; aunque el permiso para vender por una semana costaba 500 pesos, pude juntar bastante”, dio a conocer Agustín mientras mencionaba diversos puntos estratégicos a los que acude para maximizar su ganancia; como el Parque de la Marimba o el Centro de Convivencia Infantil, lugares que también exigen de pagos permisivos.
En cuanto a competencia laboral, Agustín no siente preocupaciones. “Dios da para todos, entre globeros hay quienes apartan territorios o se enojan si te ven por donde ellos están, pero yo pienso que todos tenemos derecho de buscar para la papa, así que no me molesto o intento correr a otros” mencionó.
Aunque múltiples personas optan por no seguir las normas de venta en contextos de necesidad, gente como Agustín prima aspectos importantes como la honestidad y rectitud para intentar salir delante de forma honrada.
