José Cancino
Ganaderos y tablajeros de la frontera sur han intensificado las medidas de vigilancia sanitarias, ante la preocupación por los casos de gusano barrenador en vacas y en primer caso de miasis en humanos a consecuencia de este mal que ataca primero a los animales.
Guillermo Petris Grajales, médico inspector del rastro de Tapachula, señaló que se tiene conocimiento que la enfermedad se está esparciendo con rapidez, lo que ha llevado a las autoridades a tomar mayores medidas.
“Hay puntos de inspección en carreteras y a pie, pero se tiene la preocupación que llegué a afectar el ganado que llegue a consumo”, expuso.
El veterinario zootecnista informó que en promedio se sacrifican de 10 a 15 vacas por día, provenientes de este y municipios como Pijijiapan, Mapastepec, Tuxtla Chico, Mazatán, entre otras localidades del sureste.
Este promedio puede variar al existir temporadas bajas y altas, incluso con el ingreso de ganado de otras entidades, principalmente de Yucatán.
Medidas extremas en el rastro
Petris Grajales puntualizó que los filtros en el rastro municipal de Tapachula se han intensificado y se realiza vigilancia “con lupa”.
Detalló que existe una inspección “premortem” para buscar que no haya heridas o lesiones de consideración que pueda levantar sospechas de gusano barrenador en los animales que ingresan. Después de ser sacrificada la vaca, la carne en maquila es revisada también por medio de protocolos específicos para continuar con esta inspección necesaria.
“Si hay alguna lesión se puede identificar rápido, porque al momento que ya está sacrificado el animal sin piel es más detectable este tipo de situaciones, por fortuna hasta ahora no hemos tenido ningún caso en el rastro pero eso no quiere decir que bajamos la guardia”, explicó.
Aunado a esto, por protocolo la red a sacrificado debe contar con la factura de compra – venta y papeles en regla para poder proceder a su procesamiento en este rastro.

