Marco Alvarado
Chiapas merece volver a ser un remanso cuyo potencial natural y cultural sean de beneficio para sus habitantes, para que ninguno se vea forzado a irse por falta de empleo, o por la inseguridad, comentó en una entrevista el recién llegado Arzobispo de la Arquidiócesis de Tuxtla Gutiérrez, José Francisco González González, quien visitó las instalaciones de Diario de Chiapas, atendido por los directivos Gerardo y Rogelio Toledo Coutiño.
Tras un recorrido para conocer la Torre Digital y cada una de sus áreas, platicó con el periodista Fernando Cantón, con quien compartió sus impresiones, deseos pastorales y los retos que implica esta encomienda, instruida por el fallecido Papa Francisco I, para que, tras 12 años como Obispo de Campeche, dirigiera sus esfuerzos a Chiapas, donde la feligresía esperaba desde hace más de un año al sustituto de Monseñor Fabio Martínez Castilla.
Precisamente el pasado 25 de abril, día de celebración en honor a San Marcos Evangelista, patrono de la capital chiapaneca, la comunidad católica recibió a González González, quien hizo un breve recorrido por la Avenida Central y a su paso se reunió con fieles y representantes de las comunidades originarias.
“Quiero agradecer este recibimiento, que fue muy cálido, muy acogedor por parte de la gente y, sobre todo, con mucha disposición por parte de los sacerdotes”, destacó.
Durante el desarrollo de la entrevista, se refirió a Chiapas como un estado “de una sabida enorme riqueza natural y cultural”, cuya complejidad deriva también de estos factores, con desafíos claros en el aspecto social.
Sobre este contexto, respaldó los esfuerzos de la actual administración gubernamental por recuperar la seguridad “esperemos que esta búsqueda de paz haga conciencia en todo el estado, para que sea una paz duradera”.
La paz, dijo, es una condición innegociable para que haya desarrollo; Chiapas tiene naturaleza, culturas, un potencial que se puede aprovechar si hay paz, para que ningún chiapaneco o chiapaneca se quede sin oportunidades.
La familia, el centro de los temas centrales
Otro aspecto que resaltó de su encomienda pastoral es poner a la familia en el centro de los grandes temas actuales “Juan Pablo II decía que el futuro de la humanidad se juega en la familia, por eso necesitamos familias cohesionadas en el amor, en los valores, si queremos tener una sociedad distinta; cuando la familia está en crisis se nota a nivel social”.
Al respecto, exhortó a la comunidad en general a esforzarse por construir hogares cálidos, en los que se promuevan los mejores valores humanos.
Opinó que muchos de los problemas actuales que azotan al país, que preocupan a diario y enlutan tantos hogares proviene de una pérdida, una disolución de la familia como referente en tiempos de crisis.
“Hasta hace algunas décadas crecíamos con tres referentes; la familia, la escuela y la Iglesia. El mundo actual ha cambiado y esos tres canales hoy tienen poca incidencia, están en crisis”.
Su papel como formadores se desplazó tanto, dijo, que hoy “vemos familias que no forman, escuelas sin disciplina y una religión que ha perdido fuerza para inculcar valores”.
No obstante, reiteró que ante los momentos de crisis la familia no debe perder su papel como eje, dirección, guía, una brújula en los tiempos difíciles, para formar a personas que no se rompan fácilmente ante las adversidades, sino todo lo contrario, que se forjen en ellas y sepan cómo salir adelante.
Ante los días de dolor, de incertidumbre, José Francisco González propuso a los lectores, a los escuchas de Diario de Chiapas, en donde compartió este mensaje, a que “recuperemos el asombro de la vida para combatir esta tristeza generalizada; descubramos en el otro, aprendamos, nos hemanemos y, sobre todo, no perdamos la capacidad de asombro, asombro ante la vida”.
Un abierto contraste con el flujo de la vida actual, en la que ocupa un papel importante tener antes que ser, comprar, poseer, algo que, en su opinión, “nos hace perder el gusto por la vida porque nos vuelve superficiales, y lo que necesitamos es moderación, templanza”.
Breve reseña de su historial eclesiástico
José Francisco González González nació en Yahualica Jalisco, actualmente Diócesis de San Juan de los Lagos, el 17 de marzo de 1966. Es el octavo hijo de la familia.
Cursó sus estudios filosóficos y teológicos en el Seminario de Guadalajara. Recibió la ordenación diaconal el 24 de diciembre de 1994 por manos del Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, y fue ordenado sacerdote el 4 de junio de 1995.
Enviado a Roma entre los años 1995 al 2000, como alumno del Colegio Mexicano, obtuvo la Licenciatura en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz y la Licenciatura en Teología Bíblica en la Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma.
A lo largo de su extensa carrera ha ocupado cargos como Director espiritual en el Seminario; Prefecto de disciplina; Profesor en Derecho Canónico en el Seminario Menor; Defensor del vínculo en el Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de la segunda instancia de Guadalajara, entre otros, todos ellos en la Arquidiócesis de Guadalajara.
El 14 de febrero de 2008 el Papa Benedicto XVI lo nombró Obispo auxiliar de Guadalajara y Titular de Feradi Maggiore. Recibió la ordenación episcopal el 10 de abril del mismo año.
Mientras que Francisco I lo nombró Obispo de Campeche, el 13 de diciembre de 2013. Realizó su toma de posesión el 12 de febrero de 2014, siendo el Obispo número 14 de esa Sede, cargo que ocupaba hasta el momento de su designación como III Arzobispo para Tuxtla Gutiérrez.