Editorial
En la lucha por la educación de los pueblos, de la sociedad, nadie debe sentirse
engañado, y como dicen en casa, se come lo que hay, por lo tanto, no pueden
inventarse salidas precipitadas porque éstas llevarán al precipicio, tarde o
temprano.
Esto quizás sea el común denominador del problema económico y legal por el que
atraviesa el sistema educativo del nivel medio superior que se echó a andar por
parte de la Universidad de Ciencias y Artes (Unicach) que empujó el ex rector
Juan José Solórzano Marcial, y que desde el martes se decretó de forma oficial en
pausa. Es decir, los semestres vigentes continuarán su proceso educativo, pero no
habrá más matrícula para el periodo 2025-2026.
En enero de 2024, la institución universitaria anunciaba con bombo y platillo que
se renovaron las raíces históricas con la puesta en marcha del Bachillerato de
Innovación, Ciencias, Artes y Humanidades de Chiapas (ICAHCH), proyecto que
se concretó gracias a la reforma a la Ley Orgánica universitaria aprobada por los
diputados de la LXVIII Legislatura estatal.
En aquel entonces se dijo que la preparatoria gozaba de viabilidad financiera,
académica y jurídica, y que tenía una propuesta pedagógica que sustenta el
bachillerato ICAHCH, acorde a la nueva Escuela Mexicana, que por cierto, fue
respalda este miércoles por los padres de familia de los jóvenes que salieron a
protestar para pedir la intervención del gobernador Eduardo Ramírez Aguilar,
debido a que el sistema de enseñanza-aprendizaje es único, diferente al
tradicional que se imparte en las escuelas públicas del estado y en todo México.
Desde entonces se decía que su contenido construye un futuro generacional y
fortalece los principios humanistas. Esta escuela consolidaba sus orígenes
impulsados desde 1945, cuando se fundó la secundaria y preparatoria de lo que
se llamaba Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas.
En el mismo mes de enero, cuando se formalizaba la puesta en marcha de la
preparatoria como una “filial” del sistema universitario, la misma Secretaría de
Educación Pública respaldaba la creación en voz de la entonces coordinadora
técnica de Planeación y Gestión Administrativa de la SEP, María de los Ángeles
Gordillo Castañeda.
Las madres de familia que dieron la cara para exigir la continuidad del sistema
educativo, dijeron estar convencidos de que el sistema es lo mejor que la ha
pasado a Chiapas y ello lo han confirmado por mutuo propio los 214 jóvenes,
hombres y mujeres que están matriculados en el plan de estudios que se llevan en
los planteles sede de Tuxtla Gutiérrez y Tapachula.
Tan convencidas están que presumieron ante los medios de comunicación que el
modelo educativo contempla y garantiza una formación a través de los talentos,
habilidades, capacidades y conductas. En este nivel se imparten diversas
disciplinas como danza, teatro, música, artes visuales creación literaria, artes
chiapanecas, bordados zoques y cultura digital, entre otros, lo que les permite
construir un conocimiento amplio sobre la interculturalidad y revivir la historia de
los pueblos originarios de Chiapas.
En la protesta del martes, se dijo que el sistema de preparatoria es innovador,
tiene presupuesto propio, aunque parece que no le alcanza y algunos
inconvenientes como el que no haya lanzado la convocatoria de ingreso genera
incertidumbre, y ellos, dicen las madres de los jóvenes estudiantes, demuestra
que no hay nada seguro, no hay certeza jurídica
Pausar el sistema educativo implica un retroceso, sin duda, tanto para la plantilla
laboral, como para los jóvenes cursantes, y sobre todo, para los que aspiran a
ingresar para este año. Por ello hoy tiene mucha valía el que el gobernador
Eduardo Ramírez Aguilar meta las manos al fuego para resolver un problema que
no debe ser un problema grave
En qué sentido lo decimos, en el que una petición al más alto nivel debe dar como
resultado que la Secretaria de Educación Pública agilice la tramitología legal de la
operación de la institución y en cuanto a los recursos públicos, la misma SEP debe
gestionar ante la propia presidenta de la República y ante el Congreso de la
Unión, que haya una partida extraordinaria que resuelva de raíz el supuesto
estancamiento del Instituto.
La educación y la seguridad son los temas prioritarios de este gobierno y por
tanto, la atención al conflicto no debe representar objeción alguna.
Ahora que, si la suspensión del programa de estudios es de tipo político, entonces
que se resuelva por los causes que haya lugar, pero no puede truncarse ni
pararse un plan de estudios que a todas luces está bien dirigido y planificado.