Por más que a los medios locales se les ignore —como suele ocurrir—, los nacionales han retomado y amplificado la putrefacción que dejó tras su paso por la Secretaría de Salud José Manuel Cruz Castellanos, quien, con pretensiones de mesías, se autonombró “Dr. Pepe Cruz” para posicionarse entre la ciudadanía.
Esta estrategia le funcionó: se ganó la candidatura de Morena y, sin mayor esfuerzo, se hizo del escaño en el Senado, superando a adversarios internos y a los comparsas del PT y del Verde Ecologista. Diario Media Group no solo ha documentado la ola de corruptelas que cometió este “representante popular”, quien hoy se escuda en el fuero para no enfrentar la justicia, o por lo menos, para aclarar la situación que se le imputa.
Cruz Castellanos, hoy refugiado y atrincherado en el Senado, observa cómo le “sacan los trapitos al sol”, al tiempo que se publican de manera detallada sus presuntos nexos con la corrupción. Lo que es peor: dentro de su famoso “Grupo Tabasco”, otros medios han comenzado a difundir lo que en su momento ya había revelado el Diario de Chiapas.
El tráfico de influencias y el uso indebido de recursos públicos, mediante convenios amañados y redireccionados, fueron la constante del médico Cruz Castellanos. Para nadie es un secreto que los recursos destinados a la salud de los chiapanecos se despilfarraron en su campaña política, una campaña pomposa que deslumbró y que, a la postre, le permitió obtener lo que buscaba: el fuero que ahora lo blinda de posibles acusaciones.
El descaro de este siniestro personaje no tiene límite, y se confirma —y al mismo tiempo se burla de Chiapas— al recibir el apoyo incondicional de Morena, que le garantiza que no le harán nada. Así lo expresó la presidenta nacional del partido, Luisa María Alcalde Luján, durante su reciente visita a Chiapas, donde afirmó que, ante las críticas contra el doctor, deberían presentarse denuncias correspondientes; de no ser así, dijo, “todo es politiquería”.
No hace falta repetir esta palabra, que se ha convertido en escudo para justificar las corruptelas del poder. Hoy será lo mismo: cuando surjan denuncias públicas con hechos comprobados, el Senado se deslindará de lo que se dice del exsecretario de Salud de Chiapas.
¿Acaso se investigará de oficio al hoy presidente de la Comisión de Salud del Senado, cuando el propio Sistema Nacional de Transparencia registra que el exfuncionario autorizó “diversos contratos y órdenes de pago correspondientes al periodo 2019-2023, vía los cuales la Secretaría de Salud de Chiapas contrató, por adjudicación directa, a la empresa FMedical, S.A. de C.V., propiedad del empresario Fernando Padilla Farfán, socio de Adán Augusto López Hernández”?
Las investigaciones periodísticas detallan que dichos contratos suman al menos mil 974 millones de pesos entre 2019 y 2023, y están relacionados con el uso de unidades móviles instaladas en los lugares que el gobierno de Chiapas determinó en ese entonces.
Si ante estas pruebas no existe, al menos, la suspensión del senador para permitir una investigación, entonces, como ha ocurrido desde 2018 a la fecha, este caso quedará en el limbo: sin respuestas de la autoridad y, sobre todo, como otro episodio de las inconsistencias del discurso que se pregona desde las altas esferas del poder.
Si a la petición del senador del PVEM, Luis Armando Melgar, de que urge el desafuero de su homólogo, no le hacen caso, menos aún las presiones mediáticas lograrán que se transparente el ejercicio de Cruz Castellanos como secretario de Salud.
Melgar ha denunciado que con Cruz Castellanos prevaleció el desabasto de insumos médicos en hospitales y centros de salud, las prácticas de hostigamiento laboral, los despidos injustificados y los traslados como forma de represalia. Lo recomendable es que, para no andar con rodeos, el propio Melgar Bravo presente la denuncia ante las instancias correspondientes.
Eso es lo que pide la Cuarta Transformación: denuncias. Es hora de que al pueblo de Chiapas se le haga justicia y se castigue a los personajes que llegaron de Tabasco a saquear las arcas. ¿Habrá investigación? Se duda. Pero, ante esa interrogante, solo queda esperar los resultados de las auditorías que la Auditoría Superior del Estado emprendió en la Secretaría de Salud desde inicios de año, donde, seguramente, saldrá a la luz toda la podredumbre.




