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En la zona metropolitana del país, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció el
mecanismo “Mi Derecho, Mi Lugar”, el cual busca que ningún joven aspirante a
preparatoria se quede sin lugar en el aula, por lo que esta iniciativa trata de evitar
la deserción escolar, que tanto aqueja a las juventudes.
Parte de este plan para evitar que las juventudes se queden sin estudiar, es que
estos buscan segundas o terceras opciones, para así en caso de que no aprobar o
que debido a la alta demanda el puntaje no le alcance para quedar, tenga otras
opciones; claro, al menos en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM)
eso puede resultar contraproducente, ya que debido a la alta densidad poblacional
y las largas distancias, muchas veces estos jóvenes suelen quedar en centros
educativos lejanos a su hogar.
No es la primera vez que se toman estas acciones, de hecho, desde antes que la
4 T tomará el poder, una de sus promesas desde su fundación, precisamente era
la de evitar que los jóvenes de México tuvieran lugar en las preparatorias y
universidades; incluso, a manera de burla, los detractores de Morena, se mofaron
de esa iniciativa, siendo permisibles para que florecieran los denominados “ninis”,
terminó despectivo para nombrar desde el privilegio, a esa deserción o falta de
oportunidades.
Para contrarrestar ese problema de la falta de matrícula en las preparatorias y
universidades públicas del país, el gobierno anterior y actual han invertido para la
creación de las Universidades del Bienestar, tanto la denominada Benito Juárez y
la reciente que lleva el nombre de Rosario Castellanos, ofertando licenciatura de
gran demanda, como lo es medicina humana.
La creación de estos centros universitarios responde a la necesidad de generar
mayor infraestructura educativa en los municipios más alejados del país, para que
los jóvenes de esos lugares no tengan que trasladarse horas a las zonas
metropolitanos, generándoles una pérdida de tiempo para estos. Además, busca
que los profesionales que no tienen aún fuente de trabajo se puedan desempeñar
como docentes.
De hecho, la Universidad Metropolitana en la Ciudad de México, surgió con esa
idea, de que ningún joven con aspiraciones a estudios universitario se quedará
fuera; es más, la institución mencionada con el tiempo ha ganado prestigio a nivel
nacional e internacional, generando grandes prospectos en los profesionistas.
Pero, la demanda por mayores espacios persistirá, ya que la demanda por
ingresar a las mejores universidades con la legitima idea de generar un ascenso
social, muchos jóvenes de diversas partes de la república buscan ingresar en la
UNAM y el IPN, respectivamente, sobre todo por el prestigio nacional e
internacional que tienen estas instituciones. Por ello, al ser rechazados muchos
jóvenes caen en depresión o generan las huelgas interminables por buscar
ingresar en esos recintos.
Para no ir tan lejos, aquí en Chiapas y en específico Tuxtla Gutiérrez, sucede esa
situación, la alta demanda por entrar a determinados espacios: por cierto, eso se
ve desde la secundaria, siendo la Secundaria del Estado y Escuela Secundaria
Federal Adolfo López Mateos, las que generan una alta demanda cada ciclo
escolar; misma situación para los planteles 1 y 13 del Cobach en la capital
chiapaneca.
Tampoco, descartemos la alta demanda y quejas que surgen en las facultades de
la UNACH, como Medicina, Ingeniería Civil, Arquitectura, Derecho, por mencionar
algunas, donde los espacios son limitados, y quienes no logran entran tienen que
conformarse con realizar sus estudios en escuelas particulares.
En este tema de la deserción y demanda intervienen varios factores, tales que
hemos mencionado, como la capacidad de la institución, la demanda o el prestigio;
en muchos casos, el no ingresar a dichas instituciones no se debe a la falta de
capacidad del aspirante, sino a la alta demanda que ante el mínimo error genera
esa deserción.




