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Al parecer septiembre y octubre es el mes de los galardones: en el caso del cine,
ciertos festivales están aclamando a cintas que a la postre terminarán nominadas
o galardonadas al Oscar; a finales de septiembre se dio a conocer el Balón de
Oro, que en emisiones anteriores dio mucha polémica, ya que premio a jugadores
que son los consentidos de la FIFA o intrascendentes, siendo la emisión de 2024
muy polémica, no obstante, que lo ganara Osmán Dembélé este año dignificó al
premio, ya que hasta hace poco era la burla del internet.
Como cada año, la Academia Sueca da a conocer a sus galardonados en lo que
concierne a los Premios Nobel: Medicina, Física, Química, Literatura y Paz; estas
dos últimas disciplinas han causado mucho revuelo, ya que se ha demostrado en
el historial del galardón que los premios corresponden a méritos políticos o
externos, ya no digamos subjetivos, sino a conveniencias.
De hecho, en el caso de Literatura, el prestigiado galardón no se entregó en 2018,
debido a escándalos y filtraciones en casas de apuesta, lo que llevó a que en 2019
se diera a dos autores. Las polémicas entorno a ese premio, han sido
cuestionadas a lo largo de sus historial; todavía para la crítica literaria es
inconcebible que Winston Churchill obtuviera el Premio Nobel de Literatura allá en
los años 50, pese a ser un gran orador y que sus discurso apelaran a una gran
retórica, no era un destacado escritor y poeta; en cambio, si se ha enfatizado que
la Academia Sueca allá dejado de lado a grandes escritores como James Joyce,
Jorge Luis Borges, Alfonso Reyes, Ezra Pound, quienes dejaron un importante
legado en el canon de la literatura.
Además, de esas omisiones, algunas premiaciones como la de 2016, cuando fue
entregado a Bob Dylan, rompió paradigmas, si bien el artista tiene una calidad
literaria en sus canciones, este renacimiento se salía de los moldes establecidos
por la propia academia; tampoco olvidar que en 2021, al escritor tanzano
Abdulrazak Gurnah, el cual muchos detractores señalaron que ese premio se
debía a cuestiones “políticamente correctas”, eso sí la calidad de ese autor y más
en estos tiempos de “corrección política”, resultan una lectura obligatoria.
En este 2025, con la noticia de que el escritor húngaro, László Krasznahorkai lo
recibiera, fue un aliciente, ya que durante mucho tiempo encabezó las
nominaciones a dicho premio, lo que generó una gran aceptación por parte de la
comunidad literaria.
Pero, la polémica se dio cuando se dio a conocer a la ganadora del Premio Nobel
de la Paz de este año: María Corina Machada, quien es una férrea opositora al
régimen de Nicolás Maduro, y según la izquierda latinoamericana, es una infiltrada
del gobierno estadounidense para desestabilizar al gobierno venezolano.
Previamente, en esta categoría ya sonaba absurdo que Donald Trump fuera un
candidato a dicho galardón, que en estos últimos meses del año ha demostrado
todo lo contrario a lo que el galardón busca premiar, con su bravuconería y
amenazas. Pero, lo insólito es este galardón a la disidente venezolana, que, por
los comentarios vertidos en redes sociales y expertos de la izquierda, su
premiación resulta ofensiva.
Debido a su relación con Estados Unidos, y tomando en cuenta sus declaraciones
respecto al galardón, queda claro que Machado, el premio le quedó grande.
Respecto a esto, Claudia Sheinbaum aplicó el criterio de la Doctrina Estrada,
destacando que no intervendrá ni hará más declaraciones al respecto, respetando
la autonomía del pueblo venezolano.