Mario Caballero
Chiapas: nunca más tierra de conquista
Los políticos fuereños siempre han visto a Chiapas como tierra de conquista. Es la verdad. La mayoría vinieron como miserables y se fueron millonarios.
Pablo Salazar, por ejemplo, invitó a muchos políticos de otras entidades a formar parte de su gobierno. Uno de ellos fue el expriista tijuanense Amador Rodríguez Lozano, quien nunca demostró lealtad al pueblo chiapaneco.
Como asesor jurídico de Salazar diseñó leyes a modo y protegió a los funcionarios de esa administración que habían sido acusados de corrupción. También ejecutó fraudes electorales, como el que llevó a Juan Sabines Guerrero a ganar la gubernatura en 2006. Inclusive, durante el sabinato fue procurador de justicia y se vio envuelto en un escándalo del narcotráfico. Dijo que las dos toneladas de cocaína que la dependencia a su cargo había decomisado en la colonia Patria Nueva, ubicada al oriente de Tuxtla Gutiérrez, era leche en polvo. Pero el capo que era dueño de esa mercancía lo desmintió.
SABINISTAS
Por su parte, Sabines le entregó el control del estado a varios fuereños, entre ellos Nemesio Ponce Sánchez, a quien nombró subsecretario de gobierno. Éste es originario de la Ciudad de México, donde trabajaba como camillero y cuya única propiedad era un viejo pointer color rojo.
Ponce Sánchez se encargó del trabajo sucio. Desde su despacho en Palacio de Gobierno ordenaba perseguir a los enemigos de Sabines, reprimir a los líderes políticos y sociales, dirimir las protestas estudiantiles, magisteriales y campesinas, y coaccionar a los periodistas críticos al régimen.
A través del cobro de diezmos a empresarios y constructores, entre otros negocios fraguados en la opacidad, acumuló una riqueza que consiste en departamentos y residencias de lujo en México, Cancún y Miami. Además de joyas, autos, empresas y cuentas bancarias millonarias.
Otro fue Mauricio Perkins Cardoso, exjefe de la oficina de gubernatura. La Secretaría de Economía, el Poder Judicial del Estado, la entonces Secretaría de Desarrollo y Participación Social, ICOSO, la Secretaría de Salud y universidades como la UNACH, UNICACH y la Universidad Politécnica de Chiapas fueron las dependencias donde más hizo negocios. Pactaba desde la contratación de servicios profesionales externos (con los que cobraba una buena comisión), hasta la concesión de plazas laborales para sus familiares y amigos.
Por medio de David Díaz José, quien operaba desde el Instituto de Comunicación Social, Perkins creó empresas fantasmas con la que desviaba dinero del erario de los chiapanecos. Se cuenta que construía compañías ficticias, localizaba a los prestanombres, rentaba edificios para hacerlos pasar como oficinas reales, imprimía facturas falsas y firmaba los convenios de publicidad con el organismo.
La inmensa fortuna que hizo en ese sexenio actualmente está en la mira de la Fiscalía General de la República. Pues, como dijimos en una entrega anterior, desde 2013 tiene una demanda por enriquecimiento ilícito, asociación delictuosa, peculado, abuso de funciones, entre otros delitos.
EL ALFIL DEL GÜERO
En la administración de Manuel Velasco Coello, Daniel Sandoval Jafif fue uno de los principales responsables de la crisis financiera del estado. Su desempeño explica claramente por qué nunca ha convenido darle un cargo gubernamental a alguien que no es de Chiapas.
Sandoval Jafif es originario de Toluca. Fue recomendado por Jorge Emilio González Martínez, el Niño Verde, quien fue presidente del Partido Verde Ecologista de México. Al ser respaldado por este político de los más corruptos del país, se sintió intocable y capaz de hacer lo que le viniera en gana.
La mañana del lunes 10 de diciembre de 2012, verbigracia, Noé Castañón León le tomó protesta como encargado de la Secretaría de Hacienda estatal, pero como la ley exige que un chiapaneco ocupe ese cargo, entonces fue nombrado subsecretario de Egresos. Y aunque en un principio se designó a Juana María de Coss y posteriormente a Humberto Pedrero Moreno, quien mandaba en los hechos era Sandoval Jafif.
Durante el tiempo que ostentó el cargo, proveedores y contratistas del Gobierno del Estado lo acusaron de malversar los recursos públicos y de negarse a cubrir las deudas. Y ante la negativa de Sandoval a dialogar con ellos, le colgaron mantas en los puentes peatonales de Tuxtla Gutiérrez para exigir el pago de los adeudos y su destitución.
Sin embargo, Daniel Sandoval ordenó bajarlas y envió gente armada a intimidar a las personas que sostenían dichas mantas.
En cierta ocasión, accedió a atender al empresario chiapaneco Rafael Jiménez Aréchar, pero en lugar de ofrecerle una alternativa para solucionar los adeudos, lo amenazó con demandarlo ante la entonces PGR. Le dijo, también, que los demás acreedores eran unos “ladrones” que pertenecían a la “delincuencia organizada”. Acto seguido, inició una campaña de desprestigio, amenazas y represión contra la clase empresarial chiapaneca.
En otra ocasión, recibió en su despacho a la viuda de un empresario que murió por la depresión que le provocaron las deudas que contrajo cuando era proveedor de la Secretaría de Salud. No le pagaban y su empresa quebró.
La viuda se topó con funcionarios de la Secretaría de Hacienda que le invitaron a tomar la copa para “encontrar un arreglo” sobre la deuda. No aceptó. Así como tampoco la propuesta de Daniel Sandoval que le pidió el 30 por ciento de comisión a cambio de liberarle un cheque con la mitad del pago total.
“Es lo mejor que puedo hacer por usted, señora. Del millón y medio que le voy a pagar en este momento, le vamos a retener 450 mil por comisiones y gastos que se generan en la tramitación de su pago”, le dijo.
Casos como éste hubo muchos, en los que los proveedores no aceptaron dar el moche. También hubo otros en los que Sandoval se quedó con parte del patrimonio de los empresarios. Lamentablemente, por la falta de pago muchos comercios cerraron y se perdieron cientos de empleos. Para mayor inri, al no haber dinero circulante la economía del estado se paralizó y el número de pobres aumentó a casi 400 mil en ese periodo.
De 2012 a 2018, Chiapas fue uno de los estados que más presupuesto recibió de la Federación. Sin embargo, no se pagaron las deudas y miles de millones de pesos simplemente desaparecieron.
No es todo. La plaza comercial ubicada en el lado oriente de Tuxtla Gutiérrez, por el rumbo de la colonia Patria Nueva, fue construida por familiares de Daniel Sandoval, quien decidía arbitrariamente a los proveedores del gobierno, violando con ello la normatividad de adquisiciones del estado.
A inicios del sexenio anterior, se supo que Sandoval Jafif hacía negocios en el estado, sobre todo en el giro de los outsourcing, mayormente utilizado para la evasión fiscal.
LOS RUTILISTAS
Ni hablar de los integrantes del Grupo Tabasco que en el gobierno de Rutilio Escandón no sólo se enriquecieron a manos llenas, sino también se presume que construyeron una fortuna participando en las operaciones ilícitas del grupo criminal La Barredora.
UNA NUEVA ERA
El gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar le dio un cerrojazo a esta terrible práctica. Todas las dependencias son ahora dirigidas por funcionarios auténticamente chiapanecos y comprometidos con las mayores causas de la sociedad. Y aquellos que se han querido pasar de listos, han sido puestos de patitas en la calle.
En la Nueva ERA, Chiapas no es más tierra de conquista.
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