Mario Caballero
¿Pá cuándo el mamarracho?
Mañana se cumple un mes de que la diputada Jovannie Maricela Ibarra Gallardo, del PAN, solicitara que Horacio Culebro Borrayas compareciera ante el pleno del Congreso del Estado para aclarar los señalamientos en su contra.
Esta petición, sin embargo, no ha tenido eco en la mayoría de los legisladores y, en consecuencia, el presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos sigue tan campante, como si nada, disfrutando de toda holgura.
En situaciones así es cuando nuestros representantes deberían demostrar realmente su nivel de compromiso, ya que las acusaciones contra Culebro Borrayas no sólo tienen que ver con su desempeño sino también con la función del organismo, lo cual ellos conocen muy bien que esto repercute en la sociedad, en la correcta defensa, promoción y protección de los derechos humanos.
Pregunto: ¿por qué no han llamado a comparecer a Horacio Culebro? ¿Qué les impide sentarlo en el banquillo de los acusados?
Es más, hasta existe la impresión de que varios diputados quieren darle largas al asunto, someterlo a un procedimiento largo y engorroso, aplazarlo de tal manera que caiga en el olvido.
Tal como da a entender la propuesta de la diputada morenista Marcela Castillo Atristain, que sugiere crear primero un consejo consultivo impulsado por la propia CEDH. Una vez creada –dice-, tendrá que coordinarse con la comisión legislativa de Derechos Humanos para así poder iniciar el proceso legislativo de llamar a Culebro Borrayas a comparecer.
Una de dos. O la diputada Castillo desconoce que la Ley Orgánica y de Procedimientos del Congreso local establece mecanismos para solicitar información y comparecencias a cualquier funcionario público, lo cual incluye al titular de la CEDH, o tiene un interés personal por evitar o postergar que Horacio Culebro rinda cuentas sobre las acusaciones que se le imputan.
Como sea, resulta muy extraño el modo en que está siendo tratado este tema. Inclusive, no son pocos los que han opinado que los diputados podrían estar buscando proteger al ombudsperson, quien se ha caracterizado por chantajear a los políticos con revelar información que los compromete.
SEÑALAMIENTOS GRAVES
Empero, más allá de lo anteriormente dicho, la cosa está en que los señalamientos contra Horacio Culebro son bastante graves.
Expongo los más importantes:
Uno. Culebro Borrayas ha sido acusado por ejercer acoso y hostigamientos laborales en contra de los trabajadores de la institución, así como despidos y recortes salariales injustificados.
Esto se conoce gracias a las valientes denuncias de varios servidores públicos de la CEDH. Como Emmanuel Núñez Gálvez, quien salió a los medios de comunicación a señalar la injusticia que venía cometiendo el supuesto defensor de los derechos humanos contra el personal.
Dijo que él tenía un puesto asignado a la Secretaría Ejecutiva como “Asesor B”, cuyo sueldo era de 31 mil 886 pesos, pero por instrucciones de Horacio Culebro sólo le pagaban un total mensual de 9 mil.
Por desgracia, la gallardía le costó el empleo a este trabajador. Fue despedido sin ninguna conmiseración.
En esa misma situación estaban (¿o están?) la secretaria particular y el secretario técnico, a los cuales les descuentan 10 mil pesos mensuales de su salario bajo el pretexto del gasto de sus alimentos.
Y lo mismo ha hecho en contra de Óscar Jiménez Gómez, elemento de la Policía Estatal que fue comisionado como escolta de Culebro Borrayas, al que nombró como su secretario privado con un sueldo mensual superior a los 19 mil pesos, pero de ese dinero el agente policiaco no ve un solo centavo.
Dos. Horacio Culebro se ha incrementado el sueldo de manera arbitraria.
Se sabe que empezó ganando alrededor de 110 mil pesos mensuales, que después aumentó a 152 mil 45 pesos con 31 centavos y, actualmente, percibe 188 mil 168 pesos, un salario casi igual al de la presidenta Claudia Sheinbaum, que gana 193 mil 706 pesos.
Para ello, hizo desaparecer la Dirección de Estudios y Proyectos, con tal de redirigir los recursos financieros de esta área para el incremento de su sueldo y el de sus colaboradores afines.
No es todo. Diversas revelaciones periodísticas indican que a ese jugoso sueldo Borrayas se embolsa otros 80 mil pesos, que salen de los descuentos que les realiza a los trabajadores, como los anteriores mencionados.
Tres. Se ha filtrado información de que la CEDH ha quedado convertida en una agencia de colocaciones, donde el hijo, familiares, amigos y allegados del ombudsperson gozan de puestos en la institución con altos salarios y algunos son aviadores.
Como una tal Cristina Mercedes Ramírez Ramírez, quien tiene plaza de Gestor Administrativo con un sueldo de 10 mil 740 pesos mensuales, pero se sabe que esta mujer radica en la Ciudad de México.
También está Sofía Alejandra León Moscoso, a la que cada mes le depositan la cantidad de 10 mil 370 pesos, aunque vive en España.
Su hijo Luis Enrique Culebro Aguilar figura en la plantilla laboral como “contralor”, pero no llega a trabajar. Fuentes a este columnista aseguran que reside en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, donde tiene una oficina que se encarga de desviar los recursos del organismo a través de empresas fantasma, como Comercializadora Provemarca, S.A. de C.V.
Para el mismo fin utiliza las compañías de sus amigos Daniel Díaz Álvarez, Daniel Díaz Guillén y Claudia Alejandra López Argüello, quienes expiden facturas de proveeduría por compras simuladas.
Y hablando de aviadores, ha metido en la nómina a sus sobrinas y hasta a su empleada doméstica, de nombre Blanca Elena Balbuena Gómez, con un sueldo mensual superior a los 10 mil 370 pesos, y al hijo de ésta, Gustavo Balbuena Balbuena, adscrito al área de Comunicación Social, pero con perfil de nutriólogo.
Al respecto, se cuenta que armó un sinnúmero de expedientes administrativos en contra de varios trabajadores, a los que despidió de manera injustificada y sin pago de indemnización. En esos puestos vacantes incrustó a todos sus recomendados.
Cuatro. Se dice que parte de los recursos desviados, ya sea mediante empresas fantasma o sueldos de sus aviadores, financia las actividades de la Fundación Habitemos Chiapas, A.C., que fue creada por su hijo Luis Enrique.
Cinco. Las políticas de austeridad y transparencia para Horacio Culebro son letra muerta. Prueba de ello son los gastos excesivos que ha realizado en camionetas de lujo, rentas de oficinas en lugares donde no hay ni siquiera un escritorio y viajes al extranjero, donde se ha reunido con autoridades migratorias, funcionarios municipales y embajadores, y hasta ha firmado convenios a nombre del estado o del Gobierno de Chiapas sin tener ninguna facultad para hacerlo.
URGE
Ante esta retahíla de abusos de poder y corrupción, urge que Horacio Culebro sea llamado a rendir cuentas.
Pues, además, mientras él saquea el organismo, en la CEDH no hay ni siquiera clips y hojas blancas; mientras viaja fuera del país con altos viáticos, se profundiza la inoperancia en este órgano defensor que no emite recomendaciones, no atiende las denuncias de los ciudadanos y no investiga las presuntas violaciones cometidas por autoridades: es un cascarón vacío que ha servido más para amenazar y perseguir a periodistas críticos a Culebro Borrayas que para proteger y defender los derechos humanos de los chiapanecos.




