Las recientes actividades del secretario del Humanismo, Francisco Chacón por
medio de los denominados Comedores del Humanismo, ha dejado en claro que,
en la Nueva ERA, el bienestar y mejorar la calidad de vida de los que menos
tienen, es una prioridad.
No es para menos, la llegada de estos Comedores ha minorado los estragos de la
marginalidad y pobreza extrema que se vive, desafortunadamente en las colonias
de las orillas de la capital chiapaneca. En este sentido, las acciones emprendidas
desde esta nueva secretaria, no han sido tarea fácil; desde la gestión, recursos y
personal, pero el hecho de ponerlo en marcha ya es un mérito.
Previamente, con la jornada de Sin Hambre hace unos sexenios, se pretendió
llevar una sana alimentación para los sectores marginales, pero como fue bien
sabido, el propósito se fue de lado en favor de desvíos millonarios y su ejecución
terminó por sepultar el programa.
Si bien este programa tiene características regionales y tan sólo se está probando
en Tuxtla Gutiérrez y en colonias de la orillada, su éxito permitirá aplicarse en
otros municipios, mismos que lo necesitan y en el cual las metas de Francisco
Chacón y el gobernador, Eduardo Ramírez Aguilar, se podrán cumplir.
En lo que respecta a recursos, al menos esta brigada en las colonias más
populares demostrará el alcance y la viabilidad de que estos comedores ofrezcan
una sana alimentación, a bajo costo y con productos de buena calidad, ya que
muchas veces la beneficencia lamentablemente, se hace con materia que
descartan las empresas o no sirve.
Por ello, es de aplaudir el esmero, cuidado y ganas de Francisco Chacón para con
estas nobles causas, que no sólo lo hace desde su deber como secretario, sino
con un verdadero espíritu humanista que se le nota en cada uno de los eventos
donde inaugura un nuevo comedor.
Dado los contextos de marginalidad y pobreza a los que ha estado atenido Tuxtla
y Chiapas, respectivamente, la reciente secretaria del Humanismo tampoco se
está limitando a las colonias marginales, esta iniciativa al menos, podría ayudar en
futuro a las personas migrantes o de movilidad, ya que como dirían se las ven
negras para conseguir el pan de cada día y los comedores voluntario como el de
Santo Domingo, cada día se les dificulta llevar el plato a estas personas.
Ahora bien, esta tarea noble no debe quedar sólo en las labores del gobierno
estatal, esta debe ser secundada con varios sectores, quienes deben generar
sinergia para combatir o a minorar los estragos de la pobreza extrema.
Por otro lado, y como sugerencia, estos comedores deben apoyarse en
asociaciones benéficas o altruistas que vienen haciendo estas tareas, tal es el
caso del propio episcopado a través de su voluntariado, o porque no los
voluntariados de las dependencias junto al DIF, mismas que permitirán una mayor
eficiencia de recursos, personal y alcance.
En lo que respecta a las empresas, es preciso generar un acercamiento a las
grandes cadenas o sus subsidiarias, como es el caso del Banco de Alimentos y
sus sedes, mismos que realizan una labor increíble al gestionar y optimizar
aquellos productos que por alguna razón ya no son comerciales, pero si pueden
ser comestibles, contribuyendo a que no se desperdicien los alimentos.
Por otro lado, estos Comedores, también son aliciente para dos sectores: las
infancias y los familiares de enfermos; en el caso de las niñeces, al llevar estas
brigadas, se les está atendiendo en derechos fundamentales: la salud y una digna
alimentación. En lo que respecta a la instalación de estos en los hospitales, como
es el caso del Gómez Maza, generar estas brigadas, sin duda ayudan a los
familiares de pacientes, que ante días difíciles el que se les provea de
alimentación y cuidados mejora este pesar.
Claro, apenas está comenzando esta brigada, pero en caso de funcionar sería una
mejora en la vida de quienes menos tienen. ¡Enhorabuena!
