Los contrastes en la política sobre hechos que en teoría deberían ser sucesos
meramente anecdóticos, sin relevancia, con el uso de las redes sociales, se salen
de control y evidencian que ésta no ha cambiado. Los malos hábitos, las
costumbres tradicionales, las empoderadas y malintencionadas prácticas que se
hacían desde hace 70 años, no han cambiado, persisten.
El tema por el que México ha desviado la atención de Donald Trump no fue porque
hayan bajado los aranceles, sino porque el fin de semana, un buque mexicano, el
más conocido en los últimos tiempos, sufrió un accidente en los Estados Unidos,
en el puente Brooklyn.
Con las pruebas evidentes que circulan en redes sociales han hecho viral que,
desde el Buque Cuauhtémoc, perteneciente a la Secretaría de Marina, varios de
sus “pasajeros” hicieron videos promocionando la elección judicial que se llevará a
cabo dentro de 13 días en territorio mexicano.
Desde luego que el hecho fue registrado horas y días antes del percance, y hasta
ahí todo normal, el problema es que el barco es propiedad del Estado y este ente
es el que no debería estar inmiscuido en hechos que siembren la duda, porque
fueron militantes y simpatizantes de Morena en Estados Unidos, los que usaron la
embarcación con fines políticos.
Los videos de promoción al voto fueron colgados desde la cuenta de X,
MorenaNuevaYorkComite1. A raíz del accidente, hoy se les da más relevancia a
los actos de promoción que a las causas que generaron la desgracia y, sobre
todo, que las condolencias para los deudos son un mero trámite.
Es elocuente que quien lleva mano para esclarecer el hecho trágico es el gobierno
de los Estados Unidos. Urge, antes que el avasallamiento político se centre como
el foco de atención, conocer las causas del choque el buque tuvo con el puente
Brooklyn.
Los mástiles a los que se sujetaban los veleros de la embarcación superaron la
altura del puente, por lo que es indudable que hubo negligencia del responsable
de dirigir los destinos del barco o del puerto, pues al chocar la parte alta de los
veleros, el material cayó sobre la humanidad de decenas de personas que, de
acuerdo con los videos en redes sociales, iban sobre la superficie del barco.
El proceso de investigación tendrá que seguir su curso y acá el capitán del barco
debió ya ser llamado a cuentas. Otra versión es que la marea subió, arrastró al
barco y este no pudo ser controlado.
Independientemente de ello, lo que ha llamado la atención es el juego de la
política que desde la embarcación se hizo y que promocionó Morena. Cualquiera
puede hacerlo, no cabe duda, pero no desde una sede o instalación oficial, del
gobierno. Ese es el tema y ese es el punto que la oposición se ha volcado en
reclamar, pero que, además, está prohibido para los instituto políticos en la
elección del Poder judicial. .
Lenia Batres, la ministra en funciones y que anda en campaña para quedar en el
cargo, pero esta vez como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, está entre las candidatas que fueron impulsadas por paisanos que están
en Nueva York.
Las grabaciones tuvieron lugar al interior del buque durante los días que la
embarcación mexicana de la Secretaría de Marina, visitó el puerto de neoyorquino,
y permitió el acceso a cientos de visitantes.
Si así fue, nada tiene que ver que los mexicanos hayan subido al buque y en este
recorrido de atracción turística o de complacencia por parte del gobierno
mexicano, hayan “coincidido” en las “complacencias” hacia los candidatos. Si se
habla en ese tono, pues no hay delito que perseguir, pero todo cambia cuando
atrás de esta promoción partidista está Morena.
Es muy raro entonces que, si en México no hay la intención de ir a votar, por lo
menos así lo dicen los propios connacionales en entrevistas con los medios de
comunicación, menos que en el país vecino nuestros paisanos estén muy
interesados contagiar el llamado de ir a emitir el sufragio por los candidatos
oficialistas.
Sobre la muerte de los dos jóvenes cadetes del barco, las fuerzas armadas están
obligadas a dar un pormenorizado informe sobre el percance.
Hoy la institución ha quedado mal parada, aun con el apoyo solidario que le brinde
el gobierno mexicano. La veintena de heridos inicialmente registrados son la razón
máxima para aclarar este hecho que no tenía por qué haberse registrado.