En un ambiente lleno de amor y felicidad, Keili y Romel unieron sus vidas en matrimonio, rodeados de familiares y amigos en una celebración realizada en un salón a las afueras de la ciudad.
El evento, enmarcado por la naturaleza exótica de la región y una elegante decoración primaveral, fue el escenario perfecto para que la pareja compartiera este momento especial con sus seres queridos.
Durante la recepción, se llevaron a cabo los tradicionales protocolos de boda, como el baile familiar, el lanzamiento del ramo y la corbata, así como la peculiar “marcha fúnebre”, una tradición regional en la que el novio es lanzado al aire por los invitados, agregando un toque festivo y distintivo a la celebración.
La boda de Keili y Romel fue un reflejo de alegría, unión y tradición, dejando en sus invitados un recuerdo inolvidable de este día especial.








