El músculo de Yamil

Letras Desnudas Mario Caballero

¿Por qué el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar eligió a Tapachula y no a otros municipios como sede del informe de los primeros cien días de su gobierno?

La respuesta es sencilla: en la política no hay casualidades, sino causalidades. Me explico.

Desde hace tiempo, Ramírez Aguilar ha expuesto en diversos foros la necesidad de implementar nuestras propias estrategias de comercio para reactivar la economía de la región, y así atender el fenómeno migratorio con un enfoque humanista.

Ha sostenido que la Perla del Soconusco tiene el potencial suficiente para alcanzar este propósito, ya que cuenta con una ubicación estratégica, conexión marítima, aérea, carretera y, próximamente, férrea, y la capacidad de recibir inversiones extranjeras y nacionales.

Dicho de otro modo, mira a Tapachula como un horizonte de oportunidad. Y ahí pretende detonar lo que él mismo ha denominado como Polo de Desarrollo Industrial de la Frontera Sur, donde busca que empresas maquiladoras y otras industrias inviertan, generen empleos y muevan la economía.

Para ello, ha propuesto ofrecer estímulos fiscales, exención de impuestos federales, estatales y municipales, y proporcionar los servicios de espacio, energía, agua y gas.

Este es un plan que en la medida en que se vaya materializando irá proporcionando mayores beneficios a la ciudadanía y, sin duda alguna, mejorará la calidad de vida de los habitantes de los municipios fronterizos. Esta es una de las razones por la que el mandatario estatal eligió a Tapachula para enviar el mensaje de que se recuperó la seguridad, la gobernanza y el Estado de derecho en Chiapas. “Empresarios, vengan e inviertan. Chiapas es nuevamente seguro para vivir, visitar e invertir”.

Es una de las razones, pero no la única.

RESULTADOS

Otra, y no menor en importancia, son los buenos resultados. Es decir, los logros obtenidos durante la gestión del alcalde Yamil Melgar Bravo sirven para ejemplificar el compromiso, la responsabilidad, el profesionalismo y la eficiencia de lo bien que se está haciendo a nivel estatal. Tapachula funge, por decirlo de algún modo, como una carta de presentación.

No olvidemos que el principal objetivo del informe de los primeros cien días de gobierno fue demostrar el avance conseguido en la pacificación del estado a partir de la puesta en marcha de la estrategia de seguridad.

En este sentido, no hay mejor ejemplo que el caso de Tapachula.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi, correspondiente al tercer trimestre de 2024 (junio-septiembre), Tapachula figuraba como la localidad con la mayor percepción de inseguridad en todo el país, incluso por encima de Fresnillo, Zacatecas, que había ocupado el primer lugar.

Diversas organizaciones de la sociedad civil argumentaron que esa situación se debía fundamentalmente a la falta de estrategia gubernamental para garantizar la seguridad frente a la disputa del crimen organizado por controlar el tráfico de drogas y personas desde Centro y Suramérica.

Hoy, en cambio, la percepción de inseguridad en Tapachula ha disminuido, pasando del primero al sexto lugar, según él último reporte del Inegi.

Yamil Melgar tomó las riendas del municipio el primero de octubre de 2024, y lo primero que hizo fue limpiar la Secretaría de Seguridad Pública.

Después puso en marcha diversos programas para fortalecer las acciones en la materia. Como el programa “Vecino Vigilante”, que consiste en la instalación de cámaras de videovigilancia y alarmas en puntos estratégicos de cada colonia, así como establecer un vínculo de colaboración con la sociedad, donde las personas se convierten en actores activos de la vigilancia de sus comunidades.

Instaló, asimismo, la Comisión Permanente de Prevención del Delito y Participación Ciudadana del Consejo Municipal de Seguridad Pública, que ha puesto en marcha diferentes estrategias y medidas que coadyuvan a evitar posibles infracciones, reducir los factores de riesgo y las causas que propician la violencia y el crimen.

Con estas acciones el gobierno de Melgar Bravo logró atenuar los registros de delitos como el robo a transeúntes, robo a negocios, robo a casa habitación, los asaltos bancarios y a cuentahabientes, y con la implementación de distintas actividades, programas y conferencias en escuelas y grupos poblacionales enfocadas a la concienciación de la violencia de género ha favorecido el aplacamiento de los casos de violencia familiar.

En cuanto al debilitamiento de los delitos del fuero común fue gracias a la estrecha colaboración y cooperación con los tres órdenes de gobierno, donde las operaciones de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal permitieron bajar en poco tiempo la percepción de inseguridad entre los tapachultecos.

Por estos resultados, y por el nuevo aspecto de la ciudad, que hoy no sólo es más segura que antes sino también ha alcanzado un mayor grado de bienestar para sus habitantes, es claro por qué Tapachula fue elegida como sede del informe del gobernador. Puesto que refleja la imagen que Ramírez Aguilar buscaba proyectar en su mensaje de “100 días viviendo en paz”.

Amén de que ahí fue donde al día siguiente de su toma de protesta desplegó un centenar de elementos del grupo élite Pakal, como queriendo decir que la Perla del Soconusco es el reflejo de cien días de trabajo inteligente, responsable y comprometido.

FUERZA

A todo esto, es digno reconocer que Yamil Melgar fue un gran anfitrión. Estuvo a la altura de las expectativas y respondió con creces a la confianza que le depositó el gobernador Eduardo Ramírez para la realización del evento.

Mostró músculo al reunir a más de 18 mil personas en el Estadio Olímpico de Tapachula, que se vio con un lleno total. Logrando que ese informe fuera una auténtica fiesta en la que se celebró el regreso de la paz, la seguridad y la gobernabilidad a Chiapas.

Estas acciones son las que distinguen a un verdadero líder político, pues a pesar de que Melgar tiene poco tiempo en el cargo demostró capacidad, poder de convocatoria y que cuenta con el respaldo de las colonias, las comunidades, del pueblo y sus líderes.

Y con ello hizo que se callaran muchas bocas o, mejor dicho, muchos bocones. Como Jesús Domínguez Castellanos, que tras su fracaso como promotor político en el proceso electoral pasado demostró que no es lo mismo ganarse la vida vendiendo caguamas que hacer política.

O como Carlos Ventura Mirón, quien se pavonea como un gran operador político, pero lo único que se le reconoce públicamente es la corruptela que lo llevó a salir por la puerta trasera de la subgerencia de la Unidad Operativa de Diconsa Tapachula y su presunta complicidad en la malversación de recursos del erario con la exalcaldesa Rosa Irene Urbina.

Es el mismo caso de Freddy Escobar Sánchez, quien gritó a los cuatro vientos que llevaría a 10 mil gentes al estadio y ni siquiera llevó 500.

Como buen anfitrión, Yamil Melgar arregló la casa, puso la mesa, la sirvió y atendió a los invitados. En pago, recibió el mejor de los espaldarazos, el del gobernador Eduardo Ramírez, que es señal de que mejores cosas le esperan a la bella Tapachula.

yomariocaballero@gmail.com

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