Editorial

Toniná para el mundo

Sin duda, la zona arqueológica de Toniná, ubicada en el municipio de Ocosingo, es una de las mejores que existen en el país; sin embargo, lamentablemente se perdió en el limbo debido al problema legal generado por el propietario del terreno donde se localiza, quien quiso sacar provecho del Estado, presionándolo para que le pagara y, además, le diera las gracias por un protagonismo fuera de toda realidad.

Fue una lástima que la administración anterior no se fajara los pantalones para resolver el problema, metiendo en cintura al ambicioso propietario que quiso hacerse rico, pero que, en ese intento, negó al mundo la posibilidad de acudir a este centro, el cual posee una riqueza histórica invaluable en la conformación de monumentos que nos dan identidad y de la que, gracias al trabajo de nuestros ancestros, podemos presumir.

A iniciativa del gobierno estatal en turno y con el apoyo de la presidenta Claudia Sheinbaum, la zona fue declarada de utilidad pública, lo que permitió la recuperación de más de nueve hectáreas de terrenos privados dentro de su poligonal, mismas que ahora el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) se encarga de integrar para su conservación y protección legal.

“Toniná es célebre en el mundo de la arqueología por su urbanismo vertical, donde una montaña artificial fue esculpida para albergar siete grandes plataformas, templos y palacios, desafiando la arquitectura tradicional de las tierras bajas mayas. El esplendor de Toniná se sitúa entre los siglos VII y IX d.C., aunque su historia escrita comienza mucho antes.

El registro más antiguo del que se tiene constancia data del año 593 d.C., marcando el inicio de una cronología que posicionó a este centro ceremonial como una potencia militar y religiosa en Mesoamérica”.

La zona arqueológica ha permanecido cerrada desde septiembre de 2023, lo que ha generado una gran expectativa entre los prestadores de servicios turísticos de la región. Aún no se define cuándo se abrirá al público, pero su restauración requiere tiempo; no obstante, este ya es un gran paso que debe reconocerse y aplaudirse.

La reapertura del centro ceremonial arqueológico devolverá al municipio gran parte de la reactivación económica que había perdido. Nuevamente se verán turistas de todo el mundo, interesados en apreciar la cultura y conocer la conformación de nuestra civilización humana.

Ocosingo, de nueva cuenta, volverá a crecer, y ahora también dependerá de que los gobiernos en sus tres niveles se unan para garantizar la seguridad necesaria, de modo que los visitantes —muchos de ellos provenientes de Chiapas y de otras entidades del país— puedan disfrutar en paz de esta gran riqueza.

Un tema de rebote y de gran relevancia es que el municipio de Oxchuc, aquel que en otros tiempos se dedicaba de manera constante a bloquear el tramo que lo une con Ocosingo, hoy se encuentra en paz y con una visión distinta de lo que significa contribuir al desarrollo económico, político y social de la región.

También hay que mencionar que cobra importancia lo dicho por el mandatario Eduardo Ramírez Aguilar, quien afirmó que, con la apertura de Toniná, se le regresa al pueblo de Chiapas lo que le pertenecía.

Y, en verdad, este es un paso fundamental para “preservar la memoria histórica, impulsar el turismo cultural y reforzar el vínculo del sitio con las comunidades originarias de la región”.

El gobernador señaló que Toniná es reconocida por su arquitectura monumental de desarrollo vertical, su compleja organización urbana y la riqueza de su registro escultórico, lo que la convierte en una referencia clave para el estudio de la civilización maya. De ahí que, con la recuperación del terreno, se abra una nueva etapa para su preservación integral y su proyección cultural a nivel nacional e internacional; y, por cierto, ni quien se a

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