*Vecinos cercanos al incidente, exigieron justicia tras el multihomicidio en el que tres personas perdieron la vida luego de una presunta discusión; el presunto homicida y “youtuber” subió un video a sus plataformas después del crimen, asegurando que actuó en “defensa propia” debido a que las víctimas eran supuestos “invasores de casas“ que lo amenazaban de muerte.
Agencias. – En el vertiginoso mundo digital, donde la fama se mide en clics y seguidores, la línea entre el performance y la realidad a veces se desdibuja de forma catastrófica. Esta semana, el mundo del infotainment mexicano ha sido sacudido por una noticia que escapa a los escándalos habituales de la farándula digital: el youtuber conocido como «El Custodio» (cuyo nombre real es Roberto Carlos «N») es buscado por las autoridades tras ser el presunto protagonista de un multihomicidio en Acolman, Estado de México. Lo que comenzó como una disputa vecinal por un lugar de estacionamiento ha escalado a una persecución policiaca, dejando a su paso tres vidas perdidas y una comunidad consternada que clama justicia.
El Influencer de lo Táctico
Con una base de seguidores que superaba los 4 millones, «El Custodio» no era un gamer ni un gurú de la moda. Su nicho era específico, serio y, ahora se revela, perturbadoramente cercano a los hechos que se le imputan. En su canal, Roberto Carlos ofrecía contenido sobre seguridad pública y privada, reseñas de equipo táctico y consejos laborales para guardias y policías. Su imagen pública era la de un experto en protección, un hombre que hablaba de protocolos y defensa personal.
Este expertise en seguridad es, precisamente, el núcleo de la polémica. La narrativa que construyó en redes sociales choca violentamente con la versión de los hechos narrada por los vecinos y familiares de las víctimas. Para sus seguidores, «El Custodio» era una figura de autoridad en su campo; para sus vecinos, según los testimonios recabados por la prensa, era un residente conflictivo con un historial de intimidaciones y amenazas.
Dos Versiones, Una Tragedia
La noche del pasado martes, la teoría se convirtió en una balacera real en el fraccionamiento Real del Valle. Una discusión, presuntamente por un lugar de estacionamiento, degeneró en el uso de un arma de fuego. Tres personas —una pareja y un joven taquero que intentó mediar— perdieron la vida, y una cuarta resultó herida. En el lugar murieron: un padre de familia, que todas las mañanas salía a trabajar a bordo de su unidad de transporte público; su esposa, quien en un intento por huir; así como el dueño de puesto de tacos en Boulevard del Lago, quien quiso defenderlos. De acuerdo con los vecinos el comerciante era “muy buena gente y amable”.
La casa del agresor tenía una puerta derribada, picada de la parte de abajo debido a que no se abría el estacionamiento y dentro solo había basura, además de que tres perritos de raza chihuahua se quedaron dentro del domicilio, con suficiente alimento como si el agresor supiera que ya no iba a regresar en un buen rato.
Huyendo de la escena, «El Custodio» hizo lo que todo influencer hace: grabó y compartió su versión en un video. En su «confesión» digital, alegó legítima defensa, argumentando que las víctimas eran «invasores de casas» que lo habían amenazado de muerte durante años. El video se volvió viral, alimentando el morbo y la especulación en las redes sociales.
Sin embargo, los testimonios de los deudos y vecinos pintan un cuadro diferente. Desmienten que las víctimas fueran invasores, asegurando que eran residentes del área. Narran un incidente de violencia premeditada, donde el youtuber disparó a las personas incluso cuando ya estaban heridas.
El Reflejo Oscuro del Show Business
Este caso plantea preguntas incómodas sobre la naturaleza de la fama en la era digital y la responsabilidad social de los creadores de contenido. ¿Hasta qué punto la personalidad online de «El Custodio», centrada en armas y tácticas de seguridad, influyó en sus acciones o en su justificación de las mismas?
Mientras las autoridades del Estado de México continúan su búsqueda de Roberto Carlos «N», la historia se convierte en un capítulo oscuro en los anales de los escándalos de influencers. Ya no se trata de polémicas por comentarios desafortunados o contratos incumplidos, sino de una tragedia con consecuencias penales graves.
El show de «El Custodio» ha terminado abruptamente, pasando de las pantallas de YouTube a las primeras planas de la nota roja. Su caso es un recordatorio sombrío de que detrás de cada alias y cada canal con millones de seguidores, hay una persona real cuyas acciones fuera de línea tienen un peso y unas consecuencias que ni todos los filtros ni la edición del mundo pueden ocultar. La justicia ahora, tendrá la última palabra, una vez que «El Custodio» sea puesto a disposición de un juez y no de sus seguidores.




