Cubanos en Chiapas: De la Migración en Tránsito a la Búsqueda de un Nuevo Hogar

• Miles de isleños buscan rehacer su vida en el sur del estado, en medio de la incertidumbre y adecuándose a empleos que les den para comer y sobrevivir • Estimaciones de instancias federales promedian que en Chiapas hay unos 14 mil cubanos varados, distribuidos en Tapachula y Tuxtla Gutiérrez, principalmente

José Cancino

Nidia llegó a Tapachula después de que Donald Trump asumiera el poder en Estados Unidos, ajena al apuro que miles de su compatriotas tenían por ingresar a la unión americana antes que las deportaciones agresivas comenzaran.
No le interesa el sueño americano y ha optado por quedarse a vivir, por lo pronto, en esta ciudad fronteriza.
De ha enganchado de un trabajo en una cafetería donde pasa hasta once horas al día, pero no hay alternativa porque encontrar trabajo modesto, afirma, es buscar una aguja en un pajar.
El caso de Nidia, nativa de La Habana no es el único en Chiapas. La oleada de migrantes cubanos tuvo una mutación de cinco años a la fecha. En 2020, las calles de Tapachula parecían alguna ciudad de la isla caribeña, pero ahora los cubanos han optado por llegar de manera silenciosa, ante el temor de ser deportados o violentados.
Según cifras oficiales de instancias federales, en Chiapas hay alrededor de 14 mil cubanos varados o que buscan rehacer su vida, de los cuales un aproximado de mil 533 cuentan con una Tarjeta de Residencia Temporal, mientras que 3 mil 915 personas han logrado obtener la residencia permanente.
El número lo dice todo: miles de cubanos aún en el limbo migratorio en territorio chiapaneco, asentados en dos ciudades, principalmente: Tuxtla Gutiérrez y en mayor número Tapachula.
“Hay muchos cubanos, en la barberías, en los puestos de comida, en las calles como obreros, como meseros y también tristemente muchas cubanas ejerciendo la prostitución, eso es algo que no se puede ocultar porque está pasando”, señala la chica de 23 años.
La adaptación del cubano a la vida propia del mexicano del sur comienza de a poco. En escuelas de gobierno, comienzan a integrarse menores provenientes de la isla que buscan continuar con su educación, aunque el sistema de aprendizaje no sea el mismo.
Lo mismo ocurre con la vida laboral. Son ellos, los cubanos, quienes más buscan ahora acoplarse al tipo y ritmo de vida en la ciudad y la región, contrario a otras nacionalidades que han comenzado a escasear en cuanto a cifras altas de arribos y tránsito por el sur de Chiapas.
Según el activista y defensor de derechos humanos, Luis García Villagrán, las redes de tráfico de migrantes siguen siendo una constante en el sur de México, lo que implica que el fenómeno migratorio se camufle y, muchas veces, pase inadvertido para muchos.
Y Aunque estas redes continúen operando, hay quienes optan por quedarse, ante las dificultades que implica escalar hacia la frontera norte y, peor aún, tocar a la puerta de Donald Trump.

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