José Cancino
Comuneros en el municipio de Suchiate denunciaron que podrían quedar incomunicados, debido a las afectaciones que maquinaria ha realizado por los trabajos en la obra de la Línea K, del tren Transísmico.
Señalaron que son cerca de 350 familias que habitan en las comunidades 15 de Abril, 15 de Septiembre, López y la ranchería Tres Hermanos, que desde hace más de un año han resentido afectaciones en el único camino que tienen para ingresar y salir hacia la cabecera municipal, debido a la construcción de los rieles, bases y tierra excavada.
Apuntaron que la empresa Grupo “Ferroviario del Sureste” se comprometió a rehabilitar este camino que alcanza los cinco kilómetros, pero desde entonces sólo han sido afectaciones y mas complicaciones para poder transitar por el sector.
“Pese a los convenios con la empresa el camino cada día se descompone más; las promesas de reparación no se han cumplido”, expuso Luis Alberto Escobar Rosales, vecino de Tres Hermanos.
Los afectados agregaron que, con la temporada de lluvias, el panorama luce más complejo debido a que el camino de terracería pierde forma y se forman enormes lagunas de lodo, que provocan el atascamiento de vehículos de cualquier modalidad.
Según los comuneros, el compromiso de la compostura de este camino se hizo desde julio de 2024 y, a casi un año, la situación sólo ha empeorado.
En noviembre, una asociación civil realizó una intervención parcial, rehabilitando únicamente dos kilómetros, mientras el resto del tramo continúa en abandono. Sin embargo, esos dos kilómetros ya comienzan a resentir daños.
Las comunidades afectadas subsisten principalmente de la producción de maíz, soya y plátano, cultivos que no pueden salir a su comercialización debido al mal estado del camino.
Ante esta situación, los pobladores han solicitado la intervención urgente del gobierno federal y de la presidenta Claudia Sheinbaum, exigiendo una auditoría sobre los recursos invertidos en la obra y la pronta rehabilitación de los caminos rurales que han sido utilizados y dañados por la maquinaria de la constructora.
Esta denuncia se suma a la de pobladores de otros municipios como Huixtla y Villa Comaltitlán, donde han señalado daños en estructuras. En Pijijiapan, por ejemplo, varias viviendas fueron demolidas y a los propietarios los dejaron a la deriva.

