¿Cómo va la seguridad en Chiapas?

Letras Desnudas Mario Caballero

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La respuesta es bien y por buen camino.

Hace once meses no podíamos decir lo mismo. Expresar que vivíamos con el Jesús en la boca no alcanzaba para describir lo que vivimos en esa terrible etapa, en la que teníamos miedo hasta de mandar a nuestros hijos solos a la tienda de la esquina, ni hablar de transitar las carreteras o caminar por las calles en la noche, ni siquiera las del centro de Tuxtla Gutiérrez. El riesgo era latente.

Incluso, muchos de los que nos dedicamos al oficio del periodismo nos vimos obligados a adoptar la autocensura. Sí. Callar ante el crimen. Indignarnos en silencio. Criticar al gobierno por su ineficacia contra la delincuencia y hasta por su insensibilidad frente a la violencia criminal, pero en privado. Era eso o ser blancos de la censura, la coerción o la persecución ejercida desde el poder o por los malhechores.

Unos días atrás tuve un encuentro con un amigo al que aprecio mucho, un político reconocido, de grandes vuelos y muy querido por la sociedad chiapaneca. Entre los diferentes temas de la conversación, tocamos el de la seguridad. Me contó que en el último año de la administración anterior le tocó pasar por un trago amargo.

Había ido a Tapachula a visitar a su señora madre. Se fue en un taxi para su mayor comodidad y pensaba hacer lo mismo para volver a Tuxtla. El día de su regreso, tomó el teléfono y pidió el servicio a un sitio de taxis conocido. Una persona de treinta y tantos años acudió a su solicitud, quien lo saludó por su nombre.

Empero, lo que le dijo lo dejó helado: “Discúlpeme, licenciado, por lo que le voy a decir, pero ¿qué le parece si mejor lo llevo a la estación y se va usted en un camión a Tuxtla? No es que no lo quiera llevar, lo que sucede es que si lo llevo lo tengo que entregar”.

Ocurre que un grupo criminal tenía amenazados a los taxistas. O les llevaban a los pasajeros foráneos a cierto punto de la carretera, donde eran asaltados y golpeados, o el asunto era con ellos.

Este episodio reflejaba la indefensión en la que nos encontrábamos frente a un gobierno inútil para bridar ni siquiera las mínimas garantías de seguridad.

¿POR QUÉ VAMOS BIEN?

De eso se hablaba antes, de secuestros, homicidios, extorsiones y de cientos de familias desplazadas de sus hogares por el crimen organizado, que se había apoderado de la vida de diferentes regiones en la entidad, pero desde el ocho de diciembre de 2024 hay buenas noticias.

De hecho, hace un par de días el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública informó que Chiapas se mantiene en el primer lugar por quinto mes consecutivo en reducción de delitos de alto impacto. Además, ocupa el segundo lugar nacional, durante el periodo enero-septiembre, en disminución de la incidencia delictiva general.

Es claro que para el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar la seguridad es la mayor prioridad de su gobierno. Por eso, ante el horror del crimen organizado comenzó a hacer cosas diferentes para obtener resultados diferentes.

En primer lugar, analizó cuál era el poder real con el que contaba el crimen organizado. Pues cualquier discusión sobre el asunto debía partir del dominio territorial de las bandas criminales, su fuerza militar, su poder económico, sus respaldos sociales y sus complicidades políticas.

Luego hizo un reconocimiento acerca de los recursos del gobierno, bajo el entendido de que no hay forma de recuperar la paz y la tranquilidad en Chiapas si no contamos con capacidades firmes para combatir el crimen. De este modo, si queríamos buenos resultados debíamos reconocer la necesidad del gobierno de contar con instrumentos legales, herramientas administrativas, coordinación política, recursos presupuestales y una clara estrategia de seguridad, como lo es la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal.

“Vamos a aplicar la ley para vivir en paz y con armonía”, dijo en los primeros días de su administración”. Y en otra ocasión refirió: “se acabó la corrupción en mi gobierno, ningún área y, mucho menos, en los mandos policiales se permitirá ningún acto fuera de la ley”.

Por eso, en los primeros ocho meses de gobierno más de 400 policías municipales y estatales fueron detenidos como parte de las acciones para reestablecer el orden y la seguridad. De acuerdo con los informes, dichos elementos participaban en presuntas actividades ilícitas.

Con estos operativos de limpieza en las corporaciones policiales logró recuperarse la confianza ciudadana en las instituciones.

En septiembre pasado, se informó que en coordinación con las autoridades federales se intensificaron los operativos en las zonas más conflictivas, logrando la detención de más de cuatro mil personas vinculadas a actividades criminales como extorsión, homicidio, desaparición de personas, narcomenudeo y abuso de autoridad. Entre ellas, hay más de 20 líderes del crimen organizado.

Aparte, se han asegurado armas, vehículos, drogas y grandes cantidades de dinero, lo cual ha afectado considerablemente la operatividad y financiamiento de los grupos criminales.

Estos resultados no hubieran sido posible sin la debida inversión en equipamiento, unidades terrestres y aéreas, herramientas tecnológicas e inteligencia operativa.

Hoy por hoy, la seguridad pública en el estado cuenta con 35 vehículos tácticos ligeros blindados, un helicóptero Black Hawk, tres drones artillados y tres aviones no tripulados.

Hace un par de días, se entregaron 250 cámaras inteligentes que portarán los elementos de la Fuerza Pakal, con las cuales se podrá monitorear en tiempo real su desempeño desde el C5, garantizando así la transparencia y aumentando la confianza ciudadana.

Por otro lado, y no menor en importancia, en lo que va del año el salario de los policías estatales ha incrementado en casi un 50 por ciento, y se espera que, con la continuidad de los incentivos, en 2027 Chiapas cuente con una de las cinco corporaciones mejor pagadas del país.

RECAPITULANDO

Por todo eso, se recuperó la paz y la tranquilidad, miles de familias que habían sido desplazadas han vuelto a sus hogares, es seguro transitar por nuestras carreteras, empresas de la iniciativa privada están invirtiendo en Chiapas, la actividad turística se ha reactivado y se le ha ganado la batalla al crimen organizado.

En resumen, a casi once meses de la Nueva ERA, Chiapas es la segunda entidad más segura para vivir, visitar e invertir.

PARA MAGDALENA

Querida prima, estarás de acuerdo conmigo que uno de los funcionarios más queridos, respetados y que le ha entregado buenos resultados de su desempeño al gobernador Eduardo Ramírez, es sin duda alguna Paco Chacón, secretario del Humanismo. No es para menos.

Con Conecta Chiapas le ha dado un impulso importante a la educación chiapaneca, con los Comedores del Humanismo ha llevado alimento nutritivo y a bajo costo a cientos de familias en situación de pobreza; con las Jornadas del Humanismo ha prestado servicios de salud, gestiones y asistencia jurídica; con Cero Corrupción ha atendido quejas y denuncias contra servidores públicos que no han entendido el propósito de este nuevo gobierno y con las Rutas de Inclusión ha entregado apoyos funcionales a personas vulnerables.

Por eso no es extraño que en cada colonia que visita sea recibido con aplausos, con los brazos abiertos y una sonrisa de agradecimiento.

Honor al que tanto está haciendo por los más necesitados.

yomariocaballero@gmail.com

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