José Cancino
A medio transcurso de año, el Centro Multiservicios en Tapachula, que atendería a solicitantes de asilo de distintas nacionalidades, sigue sin operar y el edificio aún sin concluir es la prueba concreta que todo fue un engaño por parte de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y del Alto Comisionado de las Naciones Unidad para los Refugiados (Acnur), que han postergado este proyecto y no lo echan a andar.
El inmueble, que fue anunciado como una de las obras más vanguardistas por su arquitectura y serviría para desahogar las peticiones de refugio de miles de migrantes que llegan por la frontera sur, está convertido en un muladar, donde no se observa actividad alguna por parte de funcionarios de ambas instancias.
El sitio, que fue reubicado tras las denuncias e inconformidades de vecinos del fraccionamiento Laureles II, ante los constantes pleitos, desórdenes y anomalías que se presentaban en el centro de abastos que albergaban las oficinas de la Comar, permanece cerrado al público y dentro no se observa actividad alguna por parte de empleados de ambos organismos, que siguen sin explicar las demoras en este proyecto.
Apenas en 2024, la Acnur adelantó que la primera fase de construcción terminaría en diciembre de ese mismo año, por lo que se preveía que entrara en funciones en enero de 2025. Para la construcción de dicha obra, el Gobierno de Chiapas donó a la Secretaría de Gobernación un predio de más de 7 mil metros cuadrados para el uso de la Comar.
Sin embargo, seis meses después el recinto sigue sin operar, mientras cientos de extranjeros acuden al as tres sedes de la Comisión de Refugio donde son atendidos en condiciones deplorables.
Este proyecto forma parte de los compromisos que el Gobierno de México realizó para ofrecer un sistema de apoyo integral para las personas en tránsito, especialmente en el sur del país, donde hasta unos meses el flujo de migrantes era incuantificable.


