Marco Alvarado
Entre enero y febrero de este año más de siete mil personas solicitaron asilo en México, la mayoría provenientes del “triángulo norte” de Centroamérica: Honduras, El Salvador y Guatemala, informó el asociado de información pública de ACNUR en Tuxtla Gutiérrez, Pierre-Marc René.
Sobre estos movimientos migratorios, agregó que actualmente hay varios en curso, muchos ya no con la intención de llegar a los Estados Unidos, debido al cambio en las políticas migratorias, sino para establecerse en México.
Explicó que cuando obtienen el asilo el Estado mexicano ya no puede enviarlos de regreso a sus países, en cambio, debe hacer lo necesario para integrarlos a la sociedad, con derechos a la educación, salud, empleo y vivienda “que puedan hacer su vida aquí, por eso estamos trabajando con las autoridades en este tema”, comentó.
Los desplazamientos migratorios ya no sólo son visibles en Tapachula, en donde la mayoría presenta sus solicitudes de asilo; Tuxtla Gutiérrez es, desde hace al menos dos años, escenario de una presencia continua de migrantes venezolanos, muchos ya con la intención de quedarse aquí.
René explicó que México dejó de ser un país de tránsito, esto claramente modelado por la política migratoria norteamericana, un escenario ante el que deben adoptar nuevas estrategias las autoridades, ya que el flujo migratorio en la frontera sur no ha descendido.
En cambio, explicó que hubo un cambio a partir de 2018 en los perfiles migratorios; de ser sólo hombres de diferentes edades los que cruzaban la frontera, comenzaron a llegar familias completas, mujeres cada vez más jóvenes, y más infantes.
Como también una diversificación de los países de origen, siendo Haití y Cuba los que encabezan el top cinco, pero también aumentó la llegada de personas provenientes de Venezuela y Nicaragua.
