Bullying cibernético y su prevención

Puntos Fiscales Por: José Luis León Robles dj_drdead@hotmail.com


Es un verdadero gusto dirigirme a ustedes una vez más para compartir un tema de
gran relevancia y preocupación social: el acoso cibernético. Este fenómeno afecta
a personas de todas las edades y, lamentablemente, se ha convertido en una
práctica cada vez más común con el uso masivo de las tecnologías de la
información. El acoso cibernético consiste en el uso de medios digitales para
intimidar, amenazar, avergonzar, criticar o herir a otra persona. Puede
manifestarse de diversas formas: mensajes ofensivos o agresivos enviados a
través de plataformas como X (antes Twitter), publicaciones denigrantes en redes
sociales, difusión de fotografías, videos o información personal sin consentimiento,
o incluso negarse a eliminar contenido perjudicial a pesar de haber sido solicitado.
Particularmente preocupantes son los ataques dirigidos por razones de género,
religión, orientación sexual, raza o apariencia física, ya que no solo constituyen
acoso, sino también discriminación, lo cual es ilegal en muchas jurisdicciones. En
estos casos, las autoridades pueden intervenir, y los responsables podrían
enfrentar consecuencias legales serias. Una de las características más dañinas
del acoso cibernético es su anonimato y alcance: muchas veces es difícil
identificar al agresor y saber cuántas personas han visto los mensajes ofensivos.
Esto provoca en la víctima un estado de angustia constante, pues cada
notificación en el teléfono o la computadora puede representar una nueva
agresión. Los efectos emocionales y psicológicos del acoso en línea pueden ser
graves y duraderos. Puede generar ansiedad, tristeza, insomnio, cambios en el
apetito, dificultad para concentrarse y bajo rendimiento académico, entre otras
consecuencias. En personas que ya padecían problemas de salud mental, esta
situación puede agravar su estado. ¿Qué hacer ante una situación de acoso
cibernético? Lo más importante es no enfrentarla en silencio. Según UNICEF,
algunas de las recomendaciones básicas son: Mantener la calma y recopilar
pruebas, guarda capturas de pantalla, mensajes o cualquier evidencia del acoso.
Esto será útil si decides denunciarlo, otra recomendación es bloquear al agresor,
puedes utilizar las herramientas de la plataforma para impedir que siga teniendo
contacto contigo. Denunciar el acoso es muy importante, presenta una queja
formal ante la plataforma o ante las autoridades correspondientes, acompañada
de todas las pruebas reunidas. Evita enfrentar al acosador a solas: Busca apoyo
en personas de confianza como familiares, amigos o profesionales del derecho
que puedan orientarte legalmente y emocionalmente. Recuerda que nadie merece
ser acosado, y el silencio solo beneficia al agresor. Actuar es fundamental. Si tú,
estimado lector o lectora, estás atravesando una situación similar, te invito a
buscar ayuda. No estás solo(a), y es posible salir adelante con el respaldo
adecuado. Estoy aquí para orientarte si lo necesitas, no soy ningún improvisado,
soy abogado con cédula profesional, y de forma gratuita puedo apoyarte. Hoy más
que nunca debemos unirnos para enfrentar estas situaciones que nadie está

exento de ello, por eso el día de hoy quise tocar este tema porque estoy seguro
que en alguna parte de nuestra vida lo hemos sufrido a cualquier edad. Además,
que es necesario que las escuelas sean públicas y privadas cuentan con una
persona profesional para estos casos, porque el bullying no solamente puede ser
virtual, sino físico especialmente en la secundaria y preparatoria, donde acá en
nuestra capital tuxtleca hemos conocido de algunos casos muy impactantes y si
hoy podemos evitar o anticipar estos tipos de conductas nocivas para nuestros
estudiantes mucho mejor. Si el creador nos lo permite, nos estaremos leyendo en
esta su columna.

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