Acorralada y sin iniciativa

Estrictamente Personal Raymundo Riva Palacio

Acorralada y sin control de narrativa y la agenda pública. Así está la presidenta
Claudia Sheinbaum, cuya frialdad existencial -que su propaganda vende como
atributo coyuntural el reaccionar con “cabeza fría”- la ha metido en una
contradicción: no engancharse con las amenazas ante el incendiario discurso de
Donald Trump abrió la puerta para que el ala radical del obradorismo esté pidiendo
la pena de muerte para aquellos que apoyen al presidente de Estados Unidos,
presionándola a asumir posturas extremas en todos los sentidos.
Llevando al absurdo la propuesta formulada por el escritor y propagandista Paco
Ignacio Taibo II, funcionario de su gobierno, sería como mandar al paredón a unos
30 millones de mexicanos, que son los que en recientes encuestas apoyan lo que
está haciendo el jefe de la Casa Blanca con México. Taibo II, uno de los ideólogos
del expresidente Andrés Manuel López Obrador, es la representación tropical de
José Stalin hace casi un siglo, cuando ordenó la gran purga contra los disidentes
del régimen comunista -opositores, socialistas y anarquistas-, y el asesinato de
alrededor de un millón y medio de personas en la extinta Unión Soviética. Y hoy,
es un acicate ardiendo contra la presidenta.
No es la primera vez que el ala dura del obradorismo la presiona. En las últimas
semanas se han visto varias expresiones públicas de ello por diferentes motivos,
aunque en ningún momento se había llegado al extremo de Taibo II, que planteó
en el Canal 11, que es gubernamental, llevar a los mexicanos al Cerro de las
Campanas, “donde todavía hay tierra”, para fusilarlos. Aunque pueda ser una
declaración metafórica, representa una línea de pensamiento dentro del régimen,
crecientemente provocadora y hostil que le está acotando a la presidenta espacios
de maniobra interna y respaldo político.
El resbaloso terreno en el que se encuentra se ha ido allanando sobre la base de
sus zigzagueos mañaneros. Del no creo que Trump vaya a imponer aranceles, a
reuniones de emergencia porque ya los impuso, a cambiar el orden del día de
reuniones con empresarios porque ya los pausó y mejor ven cómo en 30 días lo
convencen de las bondades que México siga como socio comercial de Estados
Unidos. Del no vamos a aceptar la violación de la soberanía y para eso está el
Masiosare, al que sí es cierto que nos están espiando, pero como lo hacen desde
el territorio estadounidense no hay injerencia extranjera.
En su equipo no creían que Trump iría en serio con los aranceles, ni calcularon
jamás la fuerza con la que lanzaría su caballería militar y política detrás de los
cárteles mexicanos, sin importarle mucho lo que pensaran en la Ciudad de
México. A lo que más habían reaccionado en Palacio Nacional era ante la
posibilidad que los clasificaran como Organizaciones Terroristas Extranjeras, para
decir con toda potencia, tú las traes. El Pentágono da todas las señales que
prepara acciones militares contra de los cárteles y tiran el dulce mediático que
están compartiendo su información con el gobierno mexicano. Es una declaración
política, una verdad menos que a medias.

Por la laxitud y complacencia de López Obrador con los cárteles -principalmente el
de Sinaloa, al que responsabilizan del mayor tráfico ilegal de fentanilo a Estados
Unidos-, no tienen ninguna confianza en el gobierno mexicano, porque consideran
que está coludido con el crimen organizado. ¿Necesita Sheinbaum mejor prueba
de ello que la operación de captura de Ismael El Mayo Zambada a escondidas del
gobierno mexicano? ¿No le basta la forma como ignoraron a su antecesor y a ella
también todas las veces que han pedido información sobre lo que sucedió?
El profundo diferendo con Trump en este campo no va a parar. Puede intervenir
unilateralmente o destruir laboratorios y abatir capos con drones manejados desde
Colorado o desde sus barcos de guerra en aguas internacionales. O puede
hacerlo en coordinación con las Fuerzas Armadas mexicanas. O puede no hacer
nada. Pero, sin importar cuál sea su decisión sobre este problema, el discurso no
se va a evaporar en los próximos cuatro años.
Respuestas como la que dio Sheinbaum el viernes que si designan como
terroristas a los cárteles mexicanos ampliarán las demandas contra las armerías,
es una frase dicha con retórica fría, pero cabeza caliente, que nada resuelve en el
corto plazo. Es innegable que sus respuestas frías no han servido de nada, y
quienes las han hecho encendidas, han recibido el mismo o mejor trato que ella.
La cabeza fría no fue la variable de la pausa de los aranceles -¿o no una semana
después le aplicó 25% de tarifas al acero y aluminio?-, donde sus apoyos están en
los agentes políticos y económicos en Estados Unidos, que son quienes han
frenado, aunque sea temporalmente, a Trump, y sus márgenes dependen de las
concesiones que haga, entendiendo que en cuanto a los cárteles, no tiene aliados
en Estados Unidos.
La decisión de combatir el fentanilo y los cárteles que lo introducen ilegalmente,
frenar la migración indocumentada y ponerle un alto a China, es un acuerdo
bipartidista donde Trump, a diferencia del tema comercial, goza de consenso para
actuar contra los criminales en México. Sheinbaum y su gobierno están solos en
ese campo. Tampoco tiene un acuerdo interno unánime para seguir evadiendo el
tema de la colusión institucional con el crimen organizado. Ahí, solo el régimen y
sus voceros están de acuerdo en ignorar al elefante en la sala, cuya piel endurece
el ala dura obradorista al presionarla hacia su trinchera.
No obstante, desconcierta y confunde lo que realmente pretenda ella, porque ante
los embates de Trump se mantiene dentro los parámetros de López Obrador, pese
a que las condiciones y amenazas son totalmente diferentes a las que vivió su
predecesor. Insiste en culpar a Estados Unidos de la calidad de la violencia en
México, pero limita su estrategia de seguridad a delincuentes y políticos de
segundo o menor nivel. La narcopolítica más profunda parece mantener su status
quo, sin ser tocada. Podemos asumir que Sheinbaum si quiere acabar con los
cárteles y sus cómplices en los más altos cargos de gobierno, pero quizás,
ciertamente, no puede.
rrivapalacio2024@gmail.com
X: @rivapa_oficial

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