Calentar curul también es corrupción

Editorial

Hace unos días en el Congreso del Estado se realizó una conferencia de prensa,
para convocar a un parlamento juvenil relacionado a la comunidad LGBTQ+,
evento tiene como finalidad visibilizar a los integrantes de dicho colectivo, dialogar
y establecer acciones en contra de la discriminación, que desafortunadamente
persisten.
Durante la rueda de prensa se contó con diputados comprometidos con la causa,
titulares de dependencias quienes se mostraron dispuestos a apoyar a la causa,
pero lo que generó escozor, crítica y molestia, sin duda, fue una ausencia, que,
dado el tema y las controversias, no estuvo y para colmo no se involucró en la
iniciativa: la diputada que en redes sociales llamaron usurpadora cuando fue
designada por Morena como su representante plurinominal, Sahara Munira José
Flores, a quien también llamaron la cuñada incómoda de Sasil de León Villard,
senadora de la república por Chiapas.
Previamente, en reportajes y notas informativas fue retomado el caso en los
medios de comunicación, pero ahora, con su ausencia en dicha conferencia, el
hecho indignó a los miembros de la comunidad gay.
En las post o publicaciones de la conferencia, varios internautas han señalado
esta ausencia, que en contraste con la legitima dueña de ese curul, Mari Tere
Campos, participó activamente y cada día demuestra con creces que ella debió
ocupar ese espacio, el cual por muchos motivos le pertenece.
Respecto a la activista, a pesar del ultraje que legitimó la Sala Regional de Xalapa
en favor de Sahara Munira, continúa ejerciendo su activismo; es más, si seguimos
su actividad desde aquella injusticia, no ha parado de caminar y de promover la
defensa de los derechos de la comunidad a la que pertenece, siendo congruente
con su activismo, y porque no, mostrando una estatura moral, dando la cara por su
gente.
Ahora bien, la presencia de Campos en la conferencia resalta aún más su figura,
pues está haciendo no sólo lo que le corresponde y apasiona, sino el trabajo que
la legisladora propietaria, presidenta de la comisión, debía hacer, por lo que sigue
molestando que ese lugar siga en manos de una persona que se benefició por ser
pariente de una familia que ha vivido de la política en Chiapas.
En cambio ¿Qué ha hecho Sahara? Nada, no ha presentado propuestas en su
comisión que tiene que ver con la comunidad LGBTQ+ y la erradicación de la
violencia, el caso es aún peor si tomamos en cuenta el aumento en los índices de
violencia hacia las mujeres, demostrando una total inoperancia, insensibilidad y
apatía hacia los chiapanecos que deben ser representados en la tribuna
legislativa. Ya no digamos su intervención en tribuna, que poco o nada aportan a
los temas: su presencia sólo sirve para calentar el curul, que a los contribuyentes
les resulta caro, ridículo y molesto.
Estos días serán de gran importancia para la comunidad, sobre todo para junio, en
el cual se celebra el Día del Orgullo, donde instancias y demás conmemoran la
fecha y más que nunca, se concientiza acerca de los derechos de las personas
con disidencia sexual. Por lo que la lucha, al menos acá en Chiapas se ve

truncada al tener a una persona, que a pesar de declararse como parte de la
comunidad, no hace nada ni se ha preocupado por las necesidades de este sector
diverso.
Por eso, es importante que Murillo se ponga a trabajar, que camine con quienes
dice escuchar, que tenga acercamientos o diálogos, cosa que otras diputadas,
principalmente, que no pertenecen o les incumbe a su comisión, si están
haciendo, como es el caso de Luz María Castillo, quien no sólo se limita a las
personas con discapacidad, ella está incluyendo a todos sin excepción.
En fin, que Sahara se ponga hacer algo, ya que identificarse con algo que no es
sale caro, ella está para servir al pueblo y a la comunidad que tanto alega
pertenecer. Si tiene dignidad, que haga algo, calentar banca también es un acto
de corrupción y una injusticia.

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