Editorial
Sin duda, el Segundo Concurso Estatal de Arte y Literatura que convocó Venart y
la Fundación Toledo no sólo fue un rotundo éxito, sino que demuestra los grandes
alcances de la iniciativa privada, el coleccionismo e instancias como el Congreso
del Estado en favor de los hacedores del arte y la cultura.
Esta emisión del presente concurso, convocó a más de 100 jóvenes a participar:
parafraseando el discurso durante la premiación del presidente de Diario Media
Group y la misma fundación, Gerardo Toledo Coutiño, Chiapas tiene talento, no
sólo en esta generación, también en su historia.
Ahora bien, pasada esta efervescencia, alegría y éxito de este concurso, es
preciso resaltar la labor de la Fundación Toledo como gestores, promotores e
impulsores, que de cierta manera ayudan a minorar la precariedad de quienes se
dedican al arte; mismos que están atenidos a presupuestos y mecenazgos cada
vez más precarios.
Desde hace varios años, la fundación ha estado presente en la difusión de artistas
y eventos; no obstante, con la emisión del concurso, su tarea en favor de las artes
y la cultura iba en serio: para 2020, se lanza la primera emisión, pero por la
pandemia se canceló, en años siguientes se retomó; en este año, la convocatoria
añadió literatura y un tema muy importante: la salud alimentaria.
Con estas bases, el compromiso de la fundación no es meramente un mecenazgo
de las artes, también es una preocupación y compromiso social, siendo este un
canal de difusión; también, está implícito el rescate y preservación del tejido social.
Por otro lado, como bien se resaltó en el editorial del lunes 31 de marzo, los
artistas están atenidos a las becas y a los premios, lo que complica la asignación
de fondos del estado para el impulso de proyectos artísticos, incurriendo en
polémicas en sus asignaciones; lo que más agrava la situación, al menos en
Chiapas, es el nulo o poco interés del sector empresarial en el arte, lo que es
alarmante, debido a que no se le tiene confianza o interés a los creadores del
estado, cuando la historia ha demostrado que los chiapanecos son referentes en
las artes y la literatura.
Retomando la valía de este concurso, los estímulos asignados son aliciente para
que en próximas emisiones más jóvenes se animen a participar, esto generará
más entusiasmo y permitirá, al menos a los prospectos jóvenes, a seguir
generando arte.
Por otro lado, es preciso mencionar que la Fundación Toledo con estas acciones
abona a lo que llaman la “economía creativa”; este sentido, los artistas y personas
afines a la industria del arte, cultura y el entretenimiento, generan una derrama
económica, siendo las mentes creativas un detonante financiero: Colombia está
poniendo el ejemplo con sus festivales artísticos y sus encuentros de la misma
índole.
La participación del sector privado al arte, más aún en esta Nueva ERA,
complementarán a la industria del turismo, donde se ofertarán lo mejor de lo mejor
en creatividad y arte: reiterando lo dicho de Toledo Coutiño, Chiapas es tierra de
grandes artistas. Por ello, debe generarse más interés en los artistas chiapanecos,
que día con día combaten la precariedad de su gremio y la indiferencia al valor
monetario de su trabajo.
En conclusión, falta mucho por hacer en el tema del arte y la cultura, pero con
estas acciones que impulsa la Fundación Toledo, en alianzas con otros sectores,
resulta esperanzador para los artistas, gestores y por qué no, de la misma
comunidad, para así demostrar el gran potencial creativo de Chiapas.