La concientización del autismo; el cuidado de las infancias y sus heridas en los adultos

Hoy 2 de abril, se conmemora el Día Mundial del Autismo, por ello dependencias, instancias privadas y de salud, hacen alusión a la importancia de esta condición, la cual no es un padecimiento o enfermedad; no obstante, quienes la padecen sufrieron o sufren las repercusiones de una sociedad que apenas comprende o tiene concientización de este trastorno neurológico, apenas son visibilizados.
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Hoy 2 de abril, se conmemora el Día Mundial del Autismo, por ello dependencias,
instancias privadas y de salud, hacen alusión a la importancia de esta condición, la
cual no es un padecimiento o enfermedad; no obstante, quienes la padecen
sufrieron o sufren las repercusiones de una sociedad que apenas comprende o
tiene concientización de este trastorno neurológico, apenas son visibilizados.
Durante décadas esta condición fue vista como un trastorno mental, por ello las
personas con este espectro durante su infancia vivieron la discriminación o en el
peor de los casos, el acoso escolar, ya sea por que sus conductas les eran
molestas o porque eran motivos de burla; además, eran tratados como locos o
personas inadaptadas socialmente.
Ahora bien, con los estudios recientes en neurología y psicología, el autismo y sus
derivados ya son tratados con plena conciencia, además de que sus casos son
tratados con el debido rigor científico y, sobre todo con mayor empatía y
humanismo.
Este trastorno o condición, según expertos, está relacionado con la forma en que
estas personas asimilan las relaciones humanas, por ello varias afectaciones
como el Asperger, la hiperactividad, y demás afectaciones neurodivergentes,
entran dentro de las condiciones del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e
Hiperactividad) y TEA (Trastorno del Espectro Autista); estas tienen la
característica de que los infantes que los padecen, suelen ser considerados raros
o diferentes, lo que ocasiona confrontaciones con su interacción con otros niños,
derivando en el bullying.
Una de los síntomas, al menos en los niños con autismo, es que estos tardan en
desarrollar las habilidades comunicativas, siendo muy callados o reservados; el
aislamiento o soledad, suele ser una característica recurrente en los niños que
muestran este padecimiento, también muestran cierta reserva en la interacción
social: estos no suelen ser amistosos con niños de su misma edad.
Por otro lado, están los otros padecimientos como el Asperger, a diferencia del
autismo, esta muestra patrones repetitivos, fijaciones por parte de quienes lo
padecen y claro interacciones limitadas, además, estos no distinguen matices,
todo lo ven de manera maniqueísta, o sea en blanco y negro, no hay contrastes.
En el caso de la hiperactividad, se diferencia por las conductas impulsivas de
quienes lo padecen, en este sentido, no miden las consecuencias, son enérgicos,
distraídos y tienen complicaciones en la concentración, y su misma conducta
puede resultar incómoda para los otros.
No obstante, el espectro autista tiene sus ventajes, pues quienes padecen esto,
suelen ser prodigios en ciertas disciplinas, incluso son referentes de manera
excelsa en los campos en los que se desenvuelven.
Si bien en estos últimos años este padecimiento ha generado conciencia en la
comunidad, estos no son exentos de discriminación e intolerancia: en 2022, Luz
Raquel Padilla, madre de un niño autista, fue asesinada por vecinos, ya que su
hijo que padecía la condición del autismo les resultaba incómodo; previamente, la

madre realizó las denuncias pertinentes sobre las amenazas que esta recibía; no
obstante, como siempre, las autoridades fueron omisas y su asesinato no sólo
muestran la fragilidad con el que estas maternidades con autismo padecen, sino
que no existe acompañamiento por parte del sociedad civil, que se muestra
intolerante, además de que esto fue un feminicidio.
Claro, falta mucho por hacer en el reconocimiento, consciencia, dignificación y
empatía hacia estas personas. Desde luego, hoy en día existen adultos que en su
momento no les fue diagnosticada las neurodivergencias mencionadas, generando
en estos una sensación de discriminación, intolerancia, rechazo social y apatía; no
obstante, con la conciencia y empatía de este padecimiento, es necesario
comprender a infancias como adultos que han sufrido esta condición.

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