El horror en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, era un secreto a voces. Las
autoridades municipales y estatales conocían las atrocidades que allí se cometían,
pero su silencio fue cómplice. El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) domina
la región, y la muerte es una amenaza para quien se atreve a hablar.
Desde hace años, jóvenes eran reclutados con falsas promesas de empleo,
engañados con ofertas de 3,500 pesos semanales. Pero la realidad era brutal,
eran reclutados en contra de su voluntad. Aquellos que no resistían el
entrenamiento eran asesinados. Los relatos de sobrevivientes son desgarradores:
pruebas extremas, torturas, ejecuciones, y la macabra práctica de «filetear»
cuerpos para acelerar su cremación. Algunos fueron incluso triturados y arrojados
a los perros.
A pesar de las evidencias y testimonios, el CJNG insiste en su inocencia. Con un
video propagandístico, busca lavar su imagen, presentándose como una
organización que ayuda al pueblo. Dice ser del pueblo y para el pueblo, pero la
verdad es innegable: son criminales despiadados, responsables de innumerables
asesinatos, secuestros y extorsiones. Su cinismo solo revela el temor a lo que
puede venir.
Porque en el fondo no son más que eso, criminales, asesinos violentadores de la
ley. Mientras lanzaban su video, emboscaban y daban muerte a guardias
nacionales en Michoacán; también se enfrentaban a muerte con soldados en otros
estados.
Por eso ahora, las Fuerzas Armadas muestran una determinación renovada para
enfrentar a no solo al CJNG, sino a todos los cárteles. Con una estrategia distinta
a la fallida política de «abrazos, no balazos», el Ejército, la Marina y la Guardia
Nacional buscan imponer el orden. El General Ricardo Trevilla ha asumido la
misión de darle otra cara al Ejército mexicano, mostrando su compromiso con la
seguridad y la justicia. La coordinación con el secretario de SPC, Omar García
Harfuch, el secretario de Marina, Raymundo Pedro Morales y el comandante de la
GN, ha sido fundamental para lograr los resultados que hoy se presumen. Poco a
poco se irán desarticulando los grupos criminales con la nueva estrategia, la cual
no solo se enfoca en la operación militar, sino también en el uso de inteligencia y
la coordinación con las autoridades civiles, tal es el caso de Chiapas y Morelos. La
reconstrucción del tejido social es una tarea compleja, pero necesaria para
erradicar la influencia y violencia de los cárteles.
El terror de Teuchitlán es la nueva herida y no es suficiente con lo que lo fiscal
general de la República, Alejandro Gertz Manero, ha señalado. Graves omisiones
de la Fiscalía de Jalisco, acusándola de negligencia e ineficacia. La falta de
peritajes y la ausencia de investigación adecuada en el rancho son solo algunos
ejemplos de esa incompetencia que involucra también al ex gobernador de la
entidad. Gertz Manero dice que se llegará a la verdad, pero la gran pregunta es si
la investigación alcanzará sus últimas consecuencias o si será limitada por
conveniencia política.
El rancho Izaguirre es un símbolo del abandono del Estado en muchas regiones.
Las organizaciones criminales han tomado el control, imponiendo su ley a través
del terror.
La colaboración con agencias de seguridad de Estados Unidos y de otros países
es necesaria para desmantelar las redes criminales transnacionales. Es momento
de que el gobierno federal y estatal asuman su responsabilidad. La verdad debe
salir a la luz, y los responsables, tanto criminales como funcionarios cómplices,
deben rendir cuentas.
Con la información que se tiene, las Fuerzas Armadas deberían asestar un golpe
final. La baja de soldados y guardias nacionales no puede seguir ocurriendo. El
Estado debe hacer uso de toda su fuerza para someter a los criminales, porque la
memoria de las víctimas y el dolor de sus familias exigen justicia. El silencio y la
impunidad no pueden seguir siendo la norma en un país que merece vivir en paz.
De Imaginaria. Gran golpe del Ejército mexicano. Ubicó y destruyó una pista de
aterrizaje que era usada para traficar armas y drogas en Coalcomán, Michoacán,
tenía 800 metros de longitud y podía ser utilizada por aviones de todo tipo.