Los primeros cien días de la nueva ERA

Letras Desnudas Mario Caballero

Desde hace algún tiempo, se ha vuelto una costumbre presentar un informe de los primeros cien días de gobierno, que a decir de muchos analistas políticos marcan la pauta de lo que será o no será el resto de la administración.

Esos cien días son suficientes para que el gobernante demuestre su capacidad y establezca sus prioridades. También para que imponga un ritmo en la agenda de trabajo y en su estilo de gobernar.

Cuando se cumplieron los primeros cien días de la presidencia de la Dra. Claudia Sheinbaum, por ejemplo, ella nos dejó en claro que consolidaría el proyecto de transformación iniciado por el expresidente López Obrador, pero que iría más allá de lo establecido.

Fue así que comenzó a ampliar los programas de bienestar, a incorporar el tema del agua como una de sus principales acciones, a arrancar obras de la red ferroviaria de trenes modernos de pasajeros, junto con un programa de creación de nuevas carreteras y de reparación de las que están en malas condiciones.

Lo más destacable fue el anuncio que hizo respecto al tema de la seguridad, que implicaba una serie de cambios y mejoras en la implementación de la nueva estrategia, la atención especial con programas sociales a municipios prioritarios, el reforzamiento de las corporaciones policiacas y el fortalecimiento a los trabajos de inteligencia, todo esto con la coordinación entre los tres ámbitos de gobierno.

A la verdad, la implementación de la estrategia ya ha arrojado resultados que se materializan en la disminución de los delitos.

A través de este informe pudimos enterarnos de las prioridades de la presidenta Sheinbaum y de los planes, programas y estrategias que iba a echar a andar para avanzar en los temas fundamentales del país. En fin, de qué se iba a tratar el llamado Segundo Piso de la Cuarta Transformación.

EL INFORME DE ERA

Este sábado se cumplieron los primeros cien días del gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar.

¿Cuál es el balance? ¿Cuál es el mensaje que envió a los chiapanecos? ¿Quedaron establecidas las preferencias de la administración? ¿Hay avances distinguibles y con impacto en la vida y en el bienestar de los ciudadanos?

En otras ocasiones he mencionado que Eduardo Ramírez es de los pocos gobernadores que al asumir el cargo tenía claramente definidos los propósitos de su administración.

No llegó a ciegas al Gobierno del Estado. Todo lo contrario, como si se tratara de una radiografía en las manos de un galeno, su plan de gobierno expresaba cuáles eran las prioridades, las metas a corto y mediano plazo, los problemas de urgente atención, las medidas y las acciones a llevar a cabo, y establecía las necesidades que presenta cada región, municipio o comunidad, así como cada sector de la población.

Por lo mismo, su discurso ha sido desde un inicio un mensaje de esperanza, que abona a la tranquilidad de las familias y que reafirma su compromiso con el bienestar y el desarrollo de la entidad.

Así, pues, fijó el combate a la inseguridad en el primer lugar, prometiendo dar resultados en los primeros 100 días y pacificar a Chiapas en un periodo de seis meses. Y lo está logrando.

En los últimos tres años, Chiapas estuvo sometido a la violencia por la disputa del control del territorio entre los principales grupos del crimen organizado del país, que aumentó la cifra de asesinatos, levantones y extorsiones.

A los terribles y sangrientos enfrentamientos armados se agregaron los bloqueos carreteros, donde los criminales obligaban a la gente a realizarlos bajo amenazas de muerte. También se sumaron la quema de vehículos, los asaltos en las carreteras, el cierre de actividades productivas y escolares y desplazamientos humanos forzados, donde cientos de familias abandonaron sus hogares, sus propiedades y hasta a sus mascotas para refugiarse en algún lugar seguro.

En municipios como La Concordia los habitantes fueron prácticamente secuestrados, donde para salir de alguna comunidad tenían que pasar hasta por una docena de retenes, todos bajo el control de los miembros del crimen organizado, incluido el embalse. La gente escondió sus bienes para que no se los quitaran. Muchos cerraron sus negocios y otros más huyeron con lo poco que pudieron cargar.

Hoy ya no es más así. Los caminos y las carreteras de la región de la Frailesca, la Sierra, la Costa, los Altos, el Bosque, el Centro y el Soconusco están libres y son seguros.

Según encuestas recientes, Chiapas tiene un nivel de percepción de seguridad de 82.3 por ciento, colocándose en el primer lugar como el estado con los mejores resultados en esta materia. Tan sólo la diferencia con el segundo lugar, que le pertenece al estado de Coahuila, es de casi 24 puntos.

Por tanto, la meta de pacificar el estado al término de seis meses es posible, factible, real. En junio, Chiapas podría consagrarse como la entidad más segura de México.

También en estos cien días la administración de Ramírez Aguilar ha sido distinguida con el primer lugar en desempeño gubernamental y el primer lugar en transparencia y combate a la corrupción.

El comiteco le ha cumplido a Chiapas. Con los programas Cero Corrupción, Cero Impunidad y la Justicia es la Paz, ha logrado brindarle a la ciudadanía mayores garantías de estabilidad, tranquilidad, paz social e impuso el Estado de derecho.

Con los programas Chiapas Puede, Conecta Chiapas y Comedores del Humanismo dio un paso al frente en favor de la justicia social, la cohesión social, la generación de empleos y el fortalecimiento de la seguridad alimentaria, especialmente para las personas en situación de vulnerabilidad. Asimismo, encabeza la cruzada más grande e histórica del país en tiempos modernos en contra del analfabetismo.

En otros periodos, todas estas acciones terminaron por ser promesas falsas. Mucho se habló de la dispersión social, el hambre y que nos situábamos en el sótano en cuanto a los niveles de rendimiento educativo y en el pináculo con el mayor número de personas analfabetas.

Hoy, en cambio, estas acciones son una realidad y ya comienzan a verse los primeros resultados.

Por otra parte, Ramírez Aguilar recalcó que seguirá siendo implacable contra la corrupción. Por eso, exhortó a que se vigile la calidad de las obras y se promueva la transparencia, con licitaciones abiertas, cotizaciones cabales y honestas.

Les exigió a sus colaboradores y funcionarios a actuar con honradez y a denunciar cualquier intento de corrupción, sobornos y “moches”.

“Somos gente transparente y a las pruebas me remito”, dijo. “Si no es así, que se nos juzgue y se nos aplique todo el peso de la ley”.

LA NUEVA ERA

Por varios sexenios, los chiapanecos fuimos testigos y al mismo tiempo víctimas de gobiernos represores, indolentes y corruptos, a los que no les importó resolver los problemas del estado y mucho menos mejorar la calidad de vida las personas. Su único interés fue el poder y el enriquecimiento a costa de las necesidades del pueblo.

Estos primeros cien días de gobierno, sin embargo, nos demuestran que un Chiapas seguro, próspero y con oportunidades es posible. La visión, el compromiso y el sentido humano de Eduardo Ramírez Aguilar han logrado, por un lado, devolvernos la esperanza y, por el otro, colocarnos en el camino del progreso y la gobernabilidad.

yomariocaballero@gmail.com

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