• En su primer año, el gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar sostiene que Chiapas no podía avanzar sin orden, y que la Nueva Era representa “el retorno de las olas serenas que merecen un feliz porvenir”
• En el Congreso del Estado se revisaron los avances del Ejecutivo y, aunque los indicadores económicos aún reflejan inercias de administraciones pasadas, la nueva gestión trazó un rumbo claro: reactivar sectores caídos, reposicionar al estado y romper con la parálisis institucional heredada
Chiapas retoma el orden y abre ruta de desarrollo tras años de estancamiento.
Ainer González / José Salazar / Marco Alvarado / Karla García / Fotos: Erick Bustillos / Diseño Luis Méndez / Diario de Chiapas / Diario de Chiapas
En su primer año, el gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar sostiene que Chiapas no podía avanzar sin orden, y que la Nueva Era representa “el retorno de las horas serenas que merecen un feliz porvenir”. La estrategia se centró en recuperar la seguridad, estabilizar la vida pública y reconstruir la confianza social, condiciones que durante años permanecieron fracturadas.
En el Congreso del Estado se revisaron los avances del Ejecutivo y, aunque los indicadores económicos aún reflejan inercias de administraciones pasadas, la nueva gestión trazó un rumbo claro: reactivar sectores caídos, reposicionar al estado y romper con la parálisis institucional heredada.
Un estado que se reordena
El Legislativo destacó que la actual administración recibió un aparato gubernamental y sectorial con rezagos acumulados. El presidente de la Junta de Coordinación Política, Mario Guillén, recordó que el Congreso inició la Legislatura prácticamente paralizado, con conflictos laborales y una agenda estancada desde años atrás.
Hoy —afirmó—, el recinto opera con acuerdos entre todas las fuerzas políticas y mantiene trabajo legislativo activo en temas clave, desde el Presupuesto 2025 hasta reformas de derechos.
Desde el Ejecutivo, la prioridad fue restablecer la seguridad en regiones afectadas por disputas criminales y por omisiones de gobiernos anteriores. El resultado, según la administración, es un estado que dejó de ser nota roja nacional y que recuperó condiciones para recibir inversión y turistas.
Turismo: de un sector “deprimido” a un repunte gradual
La Secretaría de Turismo afirma que recibió un sector golpeado: dos años de pandemia, mala conectividad y episodios de violencia heredados que frenaron la llegada de visitantes.
El primer paso fue relanzar la marca “Extraordinario por Naturaleza” y reactivar presencia en ferias que Chiapas había dejado de atender.
Ese replanteamiento permitió el regreso del estado a IBTM, el Tianguis Turístico y cumbres internacionales de naturaleza. Además, se consolidó un calendario robusto de eventos: NASCAR, Panamericano de Pádel, MEK y Costa en Vivo, que reactivaron la economía local y dieron señales de estabilidad.
Turismo asegura que el repunte inició “desde adentro”: “los chiapanecos empezaron a viajar nuevamente dentro del estado, un movimiento que no se veía desde antes de la pandemia”.
Proyectos de conectividad como la ampliación del plan aéreo y el avance del tramo Palenque–San Cristóbal buscan consolidar este despegue.
Crecer para transformar
La directora de “México cómo vamos”, Sofía Ramírez Aguilar, ha señalado que estados como Chiapas requieren un viraje sostenido para salir del estancamiento:
“Sin crecimiento económico no hay empleo de calidad, y sin recaudación no se financia la infraestructura pública ni los habilitadores de la movilidad social.”
Estos desafíos, remarca, no se producen en un año, sino que reflejan una falta de dinamismo acumulada por décadas.
Un año positivo: orden, estabilidad y rumbo
El balance general del primer año muestra un punto de quiebre:
• Regreso del orden y la seguridad, condiciones básicas para cualquier desarrollo.
• Reactivación turística y recuperación de la confianza interna.
• Trabajo legislativo funcional, superando la parálisis heredada.
• Alineación política para destrabar proyectos estratégicos.
• Primeros pasos hacia una economía más conectada y diversificada.
Los rezagos persisten, pero hoy están identificados, discutidos públicamente y atendidos, después de años en los que se normalizó la inercia.
La Nueva Era no resolvió en doce meses lo que tomó décadas en deteriorarse, pero sí sentó las bases y devolvió la estabilidad necesaria para que Chiapas pueda aspirar a crecer en serio.
