A la LXIX Legislatura del Estado de Chiapas ingresó una iniciativa para la creación de una nueva aerolínea denominada Aero Balam, la cual busca mejorar la movilidad en regiones de difícil acceso y fortalecer el desarrollo económico y turístico de la entidad.
De concretarse esta propuesta, impulsada por el gobierno de Chiapas, podría decirse que el transporte aéreo tendría una nueva alternativa en cuanto a precios —seguros estamos de que así será— y una solución al trasiego de mercancías, que muchas veces enfrenta problemas de comunicación debido a la orografía propia del estado.
El decreto lo especifica con claridad: faculta al Gobierno del Estado para constituir y administrar esta empresa, cuyo objetivo principal será promover un sistema de transporte aéreo moderno, eficiente y competitivo.
El actual gobierno se ha caracterizado por hablar con franqueza a la gente sobre lo que quiere y cómo desea que se hagan las cosas, con el fin de ir resarciendo el rezago que continúa manteniendo a Chiapas en los últimos lugares del país, en comparación con otras entidades.
Por ello, el proyecto —que entrará a votación en los próximos días o semanas y que probablemente sea aprobado antes de que termine el año— mantiene la expectativa de conocer cuál será su impacto real.
Los hechos que han diferenciado a este gobierno de los anteriores radican en que las propuestas de Eduardo Ramírez Aguilar se han acompañado con la cercanía con la gente y, mejor aún, de una sensibilidad para compartir con ellos momentos de “impacto humano”, lo cual le ha generado buenos dividendos políticos.

Sin desviarnos del tema, la actitud de Ramírez Aguilar recuerda en gran medida el estilo propio que tenía el exgobernador Javier López Moreno para acercarse a la ciudadanía: se divertía, interactuaba y hasta echaba carreras.
Este ejemplo, que también se relaciona con el estilo de Ramírez Aguilar, se complementa con la atención a las demandas ciudadanas. Ejemplos en casi un año de gobierno están a la vista: el combate frontal al crimen organizado, quizá el principal flagelo heredado al mandatario, pero que ha sabido contrarrestar con firmeza.
Otro ejemplo de sensibilidad hacia el pueblo fue la respuesta a quienes se quejaron —por llamarlo de alguna manera— sobre la limitada capacidad para la presentación de Julión Álvarez en el masivo de la Feria Chiapas. Ante ello, el mandatario decidió trasladar el concierto al estadio Víctor Manuel Reyna, permitiendo que varios miles de personas más pudieran asistir y disfrutar las canciones del cantautor chiapaneco.
Regresando al tema de la aerolínea, es gratificante saber que se trata de una estrategia para colocar a Chiapas en el mapa de destinos con mayor accesibilidad aérea y, al mismo tiempo, fortalecer la economía mediante una conectividad más amplia.
Seguramente el mandatario tiene claro que no se debe repetir el error cometido por el Gobierno de la República con la adquisición de Aeroméxico: si bien ayudó a resolver problemas económicos y laborales del personal de la empresa, hoy en día enfrenta más pérdidas que ganancias. La operatividad de Aeroméxico —hay que recalcarlo— ha sido un fracaso, aunque la autoridad intente ocultarlo.
Hoy es positivo saber que el esquema administrativo de Aero Balam será vigilado por la Secretaría Anticorrupción, “con el fin de garantizar transparencia en su operación, compras, contratos y manejo financiero”.
Aero Balam, en esencia, ofrecerá servicios de transporte aéreo de pasajeros, carga, correo o una combinación de estos. Estará ubicada en el municipio de Chiapa de Corzo y se espera que en breve se anuncien los pormenores de esta nueva aerolínea chiapaneca.




