Trabajo mata crítica

Letras Desnudas

Mario Caballero

Mucha gente me pregunta sobre el porqué del golpeteo a Ángel Torres Culebro, presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez. Yo respondo que se debe a varias razones. La principal de ellas es que el alcalde no cedió a las presiones de sus opositores que le exigían privilegios similares o superiores a los que tuvieron en el pasado. De ahí el enojo y la campaña de odio en su contra.

Comprendamos que los desencuentros en la política son comunes. Es lo más natural en la incesante lucha por el poder. En consecuencia, se desata una confrontación contra el que ejerce la autoridad.

Es el caso de Ángel Torres, cuya campaña de descrédito en su contra viene de los ardidos, de todos aquellos que se quedaron en el camino por la presidencia municipal en 2024.

Llámense estos Carlos Morales Vázquez, que quiso imponer como su sucesor al impresentable priista Aquiles Espinosa García, o el “nalguipronta” Paco Rojas Toledo, quien por su ambición de volver a dirigir las riendas de Tuxtla ha cambiado de partido como si cambiara de calzones. Entre otros personajes.

Desde luego, cada uno de ellos tienen detrás a sus cómplices, sus aliados, a esos medios de comunicación y periodistas que en los seis años pasados gozaron de contratos millonarios por la difusión de publicidad institucional, amén de cargos en el Ayuntamiento para sus hijos y recomendados, apoyos y hasta permisos fuera de la ley para instalar gimnasios en espacios públicos.

Todos hablan desde el ardor, desde el enojo de haber perdido sus beneficios en este nuevo gobierno.

GOLPETEO ABSURDO

Por eso le ponen apodos al alcalde y se cuelgan de cualquier pretexto para golpearlo.

¿Recuerda aquellas publicaciones en las redes en las que se decía que un tramo del paso a desnivel de la Torre Chiapas se había separado, y que eso era responsabilidad de Ángel Torres ya que esa obra se construyó cuando él era secretario de Obras Públicas en la administración anterior?

Bueno, ante la zozobra que estas publicaciones provocaron en la ciudadanía tuxtleca, el mismo presidente municipal se trasladó al lugar para hacer una transmisión en vivo para aclarar lo que en verdad estaba sucediendo. Para ello, se hizo acompañar del ingeniero Ángel Lara, diseñador y constructor del puente atirantado.

A la sazón, explicó que las imágenes difundidas no se trataban de lesiones y fracturas en la estructura, sino que por los trabajos de mantenimiento que requieren este tipo de construcciones se retiraron las juntas de calzada, encargadas de unir la parte fija de la rampa con el cuerpo móvil del puente.

De este modo, quedó descubierto el engaño y hasta la ridiculez de los detractores de Ángel Torres, que ni para criticar son buenos. No informan, sino crean chismes. No critican, sino calumnian. No apelan a la verdad de los hechos, sino a las ocurrencias. Piensan con el estómago y no con la cabeza.

Cuando apenas vieron la separación de mencionado puente, luego salieron a las redes a decir que la obra estaba mal hecha y que el responsable era Ángel Torres. Un periodista serio y profesional se hubiera detenido a observar y preguntar a qué se debía dicha desunión, que se trataba –dijimos- de un trabajo de mantenimiento periódico

ACCIONES VS. CENSURA

Es de reconocer, en ese sentido, la entereza con que el alcalde Torres Culebro ha asumido la crítica en su contra. No ha caído en las provocaciones y tampoco se ha enganchado en dimes y diretes con sus opositores. Aludiendo –supongo- a la máxima de que “hacerle caso a un tonto es engrandecerlo”.

En cambio, a cada ofensa ha respondido con trabajo, con una acción en favor de la ciudadanía, con obras en beneficio de toda la sociedad.

Lo han acusado de ser egocéntrico, corrupto e incompetente.

No obstante, a diferencia de otros tiempos, les abrió la puerta de su gobierno a los ciudadanos. Con el programa “Lunes del Pueblo”, él y su equipo de trabajo escuchan y atienden directamente las necesidades y planteamientos de la gente en el patio del Ayuntamiento, donde abordan temas como servicios públicos, seguridad, obra social, salud, entre otros.

¿Dónde está el egocentrismo? Al contrario, Torres ha demostrado no ser como los políticos catrines que no van a la periferia de la ciudad para no empolvarse los zapatos. Él ha recorrido los barrios, colonias y ejidos; se ha sentado en la banqueta con grupos de personas a escuchar sus demandas y necesidades, y en no pocas ocasiones, al momento de presentar alguna acción u obra específica para alguna colonia, camina a donde la gente lo lleva a conocer el problema, el bache que lleva años sin ser reparado, el drenaje tapado, la fuga de agua, el dren que no tiene rejilla, el parque abandonado, la calle sin alumbrado público, etcétera.

Asimismo, en cada acción y obra ha revelado el monto ejercido. Como los 6.6 millones de pesos utilizados para la rehabilitación de los embovedados y arroyos de las colonias San Roque, San Pascualito y San Agustín.

Los 17.5 millones invertidos en el bacheo de más de 78 mil metros cuadrados de bacheo en el Libramiento Norte, Boulevard Fidel Velázquez, entre otras vialidades importantes.

Los 13.5 millones ejercidos en la rehabilitación del mercado público Dr. Rafael Pascacio Gamboa; los siete millones en la construcción del parque ecológico de la Chiapanequidad Coyotoc; los 44 millones en la rehabilitación de más de 7 mil 400 metros lineales de drenaje sanitario y en la construcción de 35 obras en materia de agua potable y alcantarillado.

O los 330 millones de pesos invertidos en la construcción de 200 calles integrales en 50 colonias de la capital, que contemplan concreto hidráulico, drenaje, agua potable, luminarias, jardineras y pintura en la fachada de las casas.

¿Dónde está entonces la corrupción y la incompetencia? Si, hasta eso, en días recientes, y como nunca se vio en los pasados seis años, Torres Culebro puso en marcha la Campaña de Vacunación Invernal y la Jornada “Retos en Salud Pública”, además de haber entregado ayudas técnicas a personas con discapacidad, como sillas de ruedas, andaderas y bastones.

CIEGO, TONTOS Y ARRASTRADOS

El tema de la recolección de basura es un tema pendiente, pero que es más responsabilidad de la empresa Veolia que del propio Ayuntamiento.

No olvidemos que este consorcio fijó un pago mensual por la recolección de residuos sólidos (más otros servicios) con los entonces gobernantes de Tuxtla en 2006, mismo que se mantendría sin ninguna actualización hasta el 2026, según especifica el contrato.

Empero, lo que se gastaba hace veinte años no es lo mismo que ahora, ni la cantidad de basura a recolectar. Por tanto, Veolia se quedó sin la capacidad para brindar un servicio eficiente y satisfactorio. Así que el problema de que la basura se quede varios días en los contenedores es de esta empresa.

Para tratar de evitar un posible problema de salud pública, el gobierno de Ángel Torres adquirió varios camiones que se encargan de recoger la basura donde Veolia no puede. Y ni hablar de cancelar el contrato, ya que al hacerlo el Ayuntamiento tendría que pagarle a Veolia una indemnización cerca de los mil millones de pesos.

Así, no puede ponerse en discusión que Tuxtla Gutiérrez está viviendo desde hace un año una nueva era en términos de gobernabilidad, seguridad, eficiencia en los servicios públicos y mejoras en la imagen urbana, cosa que sólo los tontos, ciegos y arrastrados son incapaces de ver.

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