La Feria Chiapas que promete ser diferente

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Por años, la Feria Chiapas ha sido un símbolo de identidad, alegría y encuentro para miles de familias. Es un espacio en el que convergen la tradición, la cultura, la gastronomía, la música y el orgullo de pertenecer a esta tierra. 

Sin embargo, como todo gran evento, ha enfrentado altibajos, críticas y momentos en los que la asistencia ha disminuido por factores que van desde la inseguridad hasta la falta de innovación. Hoy, el reto está sobre la mesa: lograr que los chiapanecos vuelvan a sentir que esta Feria es suya.

La responsabilidad recae en el Patronato de la Feria Chiapas, encabezado por Gerardo Toledo, un empresario con experiencia probada en la organización y ejecución de proyectos de gran envergadura. No se trata de ensalzar personalidades, sino de reconocer que al frente se ha colocado a alguien que entiende la importancia de esta celebración para el estado y que tiene el respaldo del gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, quien ha apostado a que la Feria recobre el brillo que alguna vez la distinguió a nivel nacional.

Más allá de los nombres, lo fundamental es el enfoque que se está construyendo: una Feria pensada para el disfrute, la seguridad y el orgullo de los chiapanecos. Que cada visitante sienta confianza para recorrer sus pasillos, para llevar a sus hijos a espectáculos culturales, para degustar los platillos típicos sin preocupaciones, y para disfrutar de conciertos y actividades en un entorno digno y ordenado.

Una de las decisiones más acertadas ha sido centralizar la mayoría de los eventos en el Foro Chiapas, convertido ahora en el escenario masivo de esta edición. Ahí se presentará una variada cartelera artística que combina talentos locales, nacionales e internacionales, con nombres que van desde el ídolo chiapaneco Julión Álvarez en la apertura, hasta Gloria Trevi en el gran cierre del 14 de diciembre. 

Entre ambos extremos, el programa ofrece espectáculos para todos los gustos: Guerra de Chistes, Luz Elena González, La Casetera, La Factoría, Chico Che Chico, Kool Town, Palomo, Payaso Yoyo, Pandora y Flans, Majo Aguilar, Piso 21 y Bronco, entre otros. Es una apuesta inteligente: variedad, calidad y entretenimiento para públicos diversos.

Pero la Feria Chiapas no puede reducirse únicamente a música y diversión nocturna. El verdadero valor de esta festividad está en su capacidad para proyectar la riqueza cultural y productiva de Chiapas. Por ello, la creación de un pabellón artesanal es una noticia alentadora. En este espacio se exhibirán y comercializarán productos elaborados por manos chiapanecas: textiles, cerámica, joyería, artesanías y mucho más. Es una oportunidad para que los visitantes reconozcan, valoren y consuman lo hecho en el estado, fortaleciendo así las economías locales y dándole voz a los artesanos que representan la esencia de nuestros pueblos.

Igualmente, relevante es la participación activa de los municipios, que podrán mostrar su cultura, su gastronomía y sus tradiciones. Que cada rincón de Chiapas tenga un espacio en la Feria garantiza no solo una mayor diversidad, sino también un sentido de pertenencia compartido. La Feria debe ser un escaparate para el Chiapas profundo: para sus comunidades, su creatividad y su calidez.

El reto no es menor. Se requiere coordinación, logística impecable, medidas de seguridad efectivas, limpieza constante, accesos ordenados, transporte adecuado y comunicación clara con la ciudadanía. No basta con ofrecer espectáculos; es necesario generar experiencias positivas que hagan que las familias quieran regresar año con año.

Ahí radica el sentido propositivo de esta nueva etapa: la Feria Chiapas debe renovarse sin perder su esencia, debe crecer sin olvidar a su gente. Se necesita una planeación inteligente que involucre a autoridades, empresarios, artistas, artesanos, municipios y, por supuesto, a la ciudadanía.

La Feria puede y debe ser un espacio de reconciliación social, de orgullo compartido, de impulso económico y de proyección cultural. Si el Patronato logra combinar seguridad, calidad, inclusión y respeto por las tradiciones, no solo se recuperará la confianza de los chiapanecos, sino que se colocará a la Feria Chiapas nuevamente en el mapa nacional como uno de los grandes eventos del país.

Este es el momento de hacerlo diferente. La expectativa es alta, pero también lo es el entusiasmo de miles de chiapanecos que quieren volver a sentirse parte de una celebración que los representa. El éxito dependerá de la capacidad de trabajar con visión, de escuchar a la gente y de convertir la Feria Chiapas en un verdadero motivo de orgullo colectivo, y del que, estamos seguros, se logrará.

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