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Sin duda las relaciones diplomáticas entre México y su vecino del norte, de cierta
manera están tensas, la diplomacia y el diálogo son vitales; por ello, la reciente
reunión entre el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio y la
presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no sólo resulta fructífera, es la muestra
de que la apertura del discurso, la diplomacia, la concordia y las relaciones son la
vía más razonable para la paz y las buenas relaciones con otros países.
La prensa nacional, incluso aquellos que han denostado al actual gobierno
destacaron los elogios realizados por Marco Rubio, quien reconoció la gran
entrega y disposición de Sheinbaum para combatir al crimen organizado, sumado
a una estrategia de seguridad más confiable, que permitirá a ambos países tener
una mejor relación y desde luego mayor seguridad para sus pueblos,
respectivamente.
En la mañana de este jueves, la mandataria nacional dio detalles acerca del
encuentra sostenido con el secretario estadounidense, siendo el tema de la
seguridad en ambas fronteras uno de los más primordiales. Durante su
intervención, reconoció la cordialidad y buena disposición de Marco Rubio para
generar una cooperación binacional, la cual se ha trabajado durante meses.
En este sentido, también acordaron aplicar la ley, respetivamente para combatir
los grandes problemas que enfrenta la frontera entre México y Estados Unidos.
Parte del acuerdo, según la presidenta está basado en cuatro ejes: reciprocidad;
respeto a la soberanía e integridad territorial; responsabilidad compartida y
diferenciada, así como confianza mutua.
Bajo estos preceptos, tanto la presidenta y el secretario norteamericano plantean
continuar una relación bilateral que priorice la seguridad, que tanto ha mermado a
ambas naciones, pero con pleno respeto a la soberanía y que cada parte asuma la
responsabilidad que le toca.
Como bien hemos planteado en estas líneas meses atrás, una de las virtudes de
Claudia Sheinbaum (aunque no le guste a sus detractores), es su capacidad del
diálogo, la diplomacia y generar acuerdos; claro, esto la ha llevado a destacar en
el plano internacional, ganándose el reconocimiento de personalidades y
celebridades a nivel mundial.
En contraparte de la administración pasada, que fue más hermética a la
diplomacia internacional y recelosa hasta cierto punto, en este ya primer año,
donde ha enfrentado el gran reto de lidiar con la agresividad de Donald Trump
hacia la comunidad latina, Sheinbaum jamás se inmutó, mantuvo la postura, sin
arrebatos y la frialdad necesaria, ante crisis que parecían imposibles, la llevaron
en poco tiempo a ganarse el respeto del mundo.
Desde luego, debemos tener en cuenta que esta cordialidad sigue pendiendo de
un hilo, sobre todo por el temperamento y tempestuoso del inquilino de la Casa
Blanca, que si bien está en calma una temporada, luego sus vociferaciones ponen
en riesgo la estabilidad y economía mundial; por ello, Claudia ha sabido mantener
cautela ante esta tempestad arancelaria.
Por otro lado, debemos reconocer la buena disposición de Rubio, que no a
diferencia de otras ocasiones, no se mostró impositivo e intervencionista como se
suele demostrar en la historia de Estados Unidos con sus relaciones diplomáticas,
en cambio su participación demostró un lado fraterno, cordial y claro de un buen
vecino, que, dispuesto a resolver un problema complejo como es el crimen
organizado en la frontera, puso lo mejor de sí para llegar a un acuerdo beneficioso
para ambas partes, sin ventajas ni tratos abusivos.
Esperemos que este diálogo fructífero, llegue a buen puerto en el tema de las
relaciones diplomáticas y evite tensiones en el futuro, al menos con el
temperamento del mandatario estadounidense.